miércoles, 29 de junio de 2011

Los disgustados.

Mucho se ha hablado sobre el cierre de listas a nivel nacional, pues está claro que es un foco de atención a partir de la expectativa popular, y también, es visto desde el consenso mediático como una oportunidad más para pegarle al Movimiento Nacional y Popular.
Ahora bien, es de público y notorio que las listas son finitas a comparación con el universo de militantes y referentes del Movimiento, y ello inevitablemente acarrea la imposibilidad fáctica de conformar a todos.
De igual forma, es de público y notorio que en pos de cumplir su leit motiv, los multimedios y su caterva de periodistas a sueldo saldrían a intentar explotar los disconformismos previsibles, aún a riesgo de mostrar sus incoherencias más ruines.
Porque seamos serios, que ahora vengan a plantarse como defensores de algún dirigente sindical o un referente del Gran Buenos Aires, sólo puede esconder el cinismo de quien pretende utilizar algún malestar ajeno para su propio objetivo; el de pegarle al Gobierno Popular.
Ahora bien, uno puede entender algunos compañeros disconformes que pudieren sentirse heridos por no cumplirse sus expectativas respecto de cómo quedaron conformadas las listas e inclusive puede atender cierta argumentación, pero resulta inentendible que hagan públicas expresiones de disgusto a sabiendas de cómo serán utilizadas por el consenso mediático en este momento político.
Y no sólo resulta inentendible, sino que quizás, termine dando testimonio de cuan justificados han sido los lugares que ocupan o han dejado de ocupar.
Porque como bien sabemos, la capacidad de comprender el momento histórico resulta un valor fundamental en éste proyecto político en tanto transformador, y de la mano de ella viene la templanza al obrar y al expresarse.
El saber que exponer y como hacerlo en ciertos momentos resulta no menor sobretodo considerando que atravesamos tiempos bajo una sociedad mediatizada.
Sí a ello sumamos que éste proyecto dentro de su línea política comprende la necesidad de generar un puente hacia las nuevas generaciones, algo que la Compañera Presidenta Cristina Fernández ha venido exponiendo y que implica necesariamente generar nuevos espacios de participación, y abrir los institucionales finitos existentes a los que mayoritariamente se accede por la vía electoral.
Entonces, cae de maduro que como los espacios institucionales y las listas poseen finitud, para que puedan formar parte las nuevas generaciones, deben ceder espacios otros compañeros.
De la misma manera, estos compañeros deben comprenderlo como un deber y un aporte valorable hacia el Proyecto Nacional.
Posiblemente, tanto en la falta de comprensión, como en aquellas inentendibles expresiones públicas que indudablemente son consecuencia de lo anterior, estén justificando las listas en cuanto a su conformación final.
A quien le quede el saco, que se lo ponga.



Compañero Ikal Samoa

1 comentario:

Daniel dijo...

Si; no me gustó lo de Silvia Vázquez, que así y todo tuvo medida mas o menos para ir o venir aquí o allá. Pero hay que comprender lo que decís. Es un colectivo grande y las nominaciones son finitas.

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