La respuesta al corsario.

“Mientras las islas Falklands (denominación pirata para las Malvinas) quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto. Final de la historia” fueron las funestas palabras que hace dos días, David Cameron, ese títere de la caterva conservadora que conduce los caprichos de la corona británica, pronunció para negar la urgente discusión.

Lejos de sorprender, sus dichos volvieron a exponer la cosmovisión dominante; ombliguista; y terrorista, que han tenido siempre los corsarios de la reina, a fin de conservar sus intereses y ampliar sus beneficios legales e ilegales; legítimos e ilegítimos.

Porque aunque es de público y notorio que a nuestro país lo asiste el derecho internacional; un consenso; y una resolución de Naciones Unidas, la cosmovisión imperial domina en la práctica a sangre y fuego.

Y domina desde sus núcleos de poder económico, quienes dictan el rumbo a seguir a los estados del denominado centro, entre ellos, Gran Britania desde luego.

Pero también domina desde la colonización cultural que solemos ver en el consenso mediático lacayo por poner un ejemplo, no casualmente el mas distinguible.

A esas expresiones, a esa cosmovisión que cristaliza el oportunismo del que ostenta el poder, y porque no a los fieles sirvientes colonizados que otorgan un respeto que no merecen personajes como Cameron, la Compañera Presidenta de todos los Argentinos, Cristina Fernández, respondió hoy como merece.

“Los argentinos nunca creímos en los puntos finales: ni en los Derechos Humanos, ni en la soberanía de nuestras Islas Malvinas. Vamos a seguir incansablemente la soberanía y que se sienten a dialogar, a negociar, como marca la resolución de las Naciones Unidas” expresó, y luego remató dejando en claro que Argentina no calla ni otorga, que las expresiones del capitán pirata son “un gesto de mediocridad y estupidez”.

Frente al imperio; sus artilugios; y sus intentos de clausura, Cristina dejo en claro que este Gobierno Popular no se arrodilla ante nadie, ni pide permiso para reclamar lo que nos pertenece.

También por ello, día a día, engrandece la Patria.

Compañero Ikal Samoa