A lo largo de toda la semana, hemos asistido a la ruin utilización por parte de las empresas mediáticas, sobre los supuestos hechos de defraudación que habría realizado el ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo en propio beneficio.
Al margen de cuan grave y doloroso sería que se comprobaran las acusaciones en su contra, algo que corresponderá establecer al Poder Judicial, el tratamiento que ha tenido la cuestión en la cadena nacional que utiliza el consenso mediático cada vez que pretende instalar algo en la opinión pública, ha dado una muestra más de cuanto daño generan a la sociedad argentina.
Porque no es casual que las empresas del consenso, las cuales jamás brindaron espacio alguno a la maravillosa obra de nuestras Madres, ahora busquen masificar y generar el rechazo social a partir de una lectura informativa inundada de dudas.
Y no es casual porque al consenso mediático nunca le agradaron los hermanos Schoklender, a quienes estigmatizaron por su historia de vida pero más por sus propias vidas tras cumplir sus condenas judiciales, y menos aún las Madres, a quienes vienen ridiculizando cuando no demonizando desde que les resultan un obstáculo caro a sus intereses.
No es novedad que los multimedios al unísono, han tomado una postura pública marcadamente contraria a todas las organizaciones de Derechos Humanos desde que las causas por los crímenes de lesa humanidad empezaron a avanzar y a develar las relaciones; los negocios y negociados; y las participaciones de varios de sus dueños en el genocidio.
Como tampoco es novedad y se enmarca en este proceso histórico, que desde que las organizaciones de Derechos Humanos, en especial las Madres y las Abuelas, encontraron a partir de 2003, a un Gobierno Popular que está a la altura de la historia y del pueblo argentino, y lleva adelante las políticas que han encaminado al país hacia el fin de la impunidad, las noticias en materia de Derechos Humanos han dejado paulatinamente de ser negocio para ellos.
Cabe aquí, hacer referencias puntuales a los grupos Infobae, Perfil y La Nación, que a diferencia de otros como Clarín, siempre sostuvieron su coherencia perversa en el fortalecimiento de la teoría de los dos demonios desde la desvalorización y el agravio hacia la histórica lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
Entonces, es esa ausencia de novedades que deviene en el sostenimiento de un esquema que busca garantizar la impunidad desde la desinformación – y aquí debo decir que sería irracional pensar en que el consenso modifique ese esquema-, precisamente la que evidencia las motivaciones y los fines en el accionar perpetrado por los dueños de la libertad de empresa.
Porque el feroz ataque a las Madres contiene un desprecio confeso por sus valores; su obra; y fundamentalmente, por su lucha y la brillante política de Derechos Humanos que viene efectuándose desde el inicio del Gobierno del Compañero Néstor Kirchner.
Y la fecha escogida para perpetuar dicho ataque, ¡Oh casualidad!, coincide con la semana en la que se dio el nefasto fallo de la cámara federal sobre el caso Noble Herrera.
No hace falta ser muy inteligente para pensar que la maniobra espuria también apunta a tapar cuando no quitar de la agenda pública, el caso que pone en el ojo de la tormenta a la dueña de Clarín.
En consecuencia, la falta total de límites y de vergüenza que han utilizado para vomitar una cantidad de barbaridades repugnantes, continúa poniendo de manifiesto que el accionar del consenso mediático tiene como único fundamento defender su poder; ese que fueron modelando con sus manos manchadas con sangre.
Compañero Ikal Samoa
1 comentario:
Qué grande ésta frase:
"las noticias en materia de Derechos Humanos han dejado paulatinamente de ser negocio para ellos".
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