En el día de la fecha el inefable Carlos Pagni publicó en La Nación un típico texto apologista de las políticas neoliberales que tanto daño han hecho al país en épocas pasadas, y en la actualidad están destruyendo países como España y Gracia.
Lejos de avergonzarse por las recetas de ajuste y libertinaje del mercado que dejaron al país sumido en una crisis económica faraónica con cifras de pobreza e indigencia brutales e indignantes, personajes siniestros como Pagni vuelven a partir de premisas falsas con la intensión de destruir al país – y entiéndase por destruir al país llevar a la práctica nuevamente un genocidio económico que traiga mayor pobreza y hambre para el pueblo-.
Aferrándose a una de esas mentiras impuestas como naturales por el sentido común del Capital según la cual el aumento de salarios es negativo para la economía tanto por el perjuicio que le trae a las empresas, como por su supuesta ligazón a la suba de precios, este mercenario de la desinformación utiliza como excusa el supuesto y conmocionante arribo de la crisis internacional a la región y mas precisamente a nuestro país para justificar los argumentos que nos deben llevar a un ajuste.
Desmenuzando el ejemplo o caso testigo puesto por el mercenario, en el que mediante paritarias la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA) consiguió un aumento del 35,2 % para los trabajadores del sector, observamos como el susodicho se agarra de este número y lo usa con la intensión de desprestigiar al gobierno y aportar a la campaña que busca instalar un clima de temor inflacionario.
Frases como “No sólo por lo que dice acerca de las cada vez más ambiguas relaciones entre el gremialismo y los Kirchner.” que no sólo no aportan nada al debate político- económico sino que no tienen ninguna base de sustento real dado que no existe ninguna ambigüedad en las relaciones entre el Gobierno Popular y los gremios que nuclean a los trabajadores - por el contrario las relaciones son fluidas, hermanadas y de un entendimiento fundamental para el normal desarrollo del país-, dejan a las claras la idea del desprestigio.
Pero la falacia mayor de "nuestro queridisimo" Pagni reside en la frase “El acuerdo de la alimentación es muy relevante con independencia de su resultado, ya que afecta a la industria más competitiva del país.”, a partir de la cual deja entrever que el aumento de salarios modifica de forma negativa la competitividad de las empresas olvidándose de algunos datos de la realidad que no acompañan su análisis.
El primero tiene que ver con un olvido de Carlitos, que al mencionar las cuatro grandes compañías del sector, es decir Kraft, Arcor, Molinos y Nestlé, afirmando que serían las perjudicadas en su producción y ganancias olvida mencionar que concentran mas del 95 % del mercado transformándolo en un oligopolio en el cual por ende acuerdan los precios de los productos.
Un segundo dato de la realidad que Carlitos menosprecia tiene que ver con el crecimiento sostenido que tiene en las empresas alimentarias un caso testigo de expansión con las consecuentes ganancias extraordinarias que ha venido conllevando a las empresas oligopólicas.
Pero hay un tercer dato de la realidad que mina la supuesta incertidumbre sobre el precio de los commodities en la cual sitúa Carlitos su argumentación para hablar de supuesta imprevisibilidades del Gobierno Popular.
Evidentemente Pagni toma los números de los economistas neoliberales para algunas cosas y los desecha para otras porque hasta los economistas del desprestigiado FMI han tenido que pronosticar no solo el crecimiento y la mayor facilidad para atravesar la crisis internacional de los países sudamericanos gracias a las políticas económicas que vienen implementando, sino también la impermeabilidad de estos países respecto de lo que esta sucediendo en España y Grecia, y aún si la crisis se expandiera a otros países de la Unión Europea.
La gran mentira que Pagni como de tantos otros mercenarios de la comunicación intentan reeditar sobre la relación visiblemente inexistente entre el aumento de salarios y el aumento de precios, cae por si sola al ver las ganancias extraordinarias del oligopolio alimentario que permitirían aumentos aún mayores para los trabajadores del sector.
Mas aún en un clima de crecimiento previsible que estos alcahuetes del Capital se esmeran por negar aún contra sus propios garúes económicos.
Claro esta que el objetivo de recortar esta por encima de todo y tiene la finalidad precisa de volver a un ciclo de desigualdades sociales y libertinaje del mercado.
Lejos de avergonzarse por las recetas de ajuste y libertinaje del mercado que dejaron al país sumido en una crisis económica faraónica con cifras de pobreza e indigencia brutales e indignantes, personajes siniestros como Pagni vuelven a partir de premisas falsas con la intensión de destruir al país – y entiéndase por destruir al país llevar a la práctica nuevamente un genocidio económico que traiga mayor pobreza y hambre para el pueblo-.
Aferrándose a una de esas mentiras impuestas como naturales por el sentido común del Capital según la cual el aumento de salarios es negativo para la economía tanto por el perjuicio que le trae a las empresas, como por su supuesta ligazón a la suba de precios, este mercenario de la desinformación utiliza como excusa el supuesto y conmocionante arribo de la crisis internacional a la región y mas precisamente a nuestro país para justificar los argumentos que nos deben llevar a un ajuste.
Desmenuzando el ejemplo o caso testigo puesto por el mercenario, en el que mediante paritarias la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA) consiguió un aumento del 35,2 % para los trabajadores del sector, observamos como el susodicho se agarra de este número y lo usa con la intensión de desprestigiar al gobierno y aportar a la campaña que busca instalar un clima de temor inflacionario.
Frases como “No sólo por lo que dice acerca de las cada vez más ambiguas relaciones entre el gremialismo y los Kirchner.” que no sólo no aportan nada al debate político- económico sino que no tienen ninguna base de sustento real dado que no existe ninguna ambigüedad en las relaciones entre el Gobierno Popular y los gremios que nuclean a los trabajadores - por el contrario las relaciones son fluidas, hermanadas y de un entendimiento fundamental para el normal desarrollo del país-, dejan a las claras la idea del desprestigio.
Pero la falacia mayor de "nuestro queridisimo" Pagni reside en la frase “El acuerdo de la alimentación es muy relevante con independencia de su resultado, ya que afecta a la industria más competitiva del país.”, a partir de la cual deja entrever que el aumento de salarios modifica de forma negativa la competitividad de las empresas olvidándose de algunos datos de la realidad que no acompañan su análisis.
El primero tiene que ver con un olvido de Carlitos, que al mencionar las cuatro grandes compañías del sector, es decir Kraft, Arcor, Molinos y Nestlé, afirmando que serían las perjudicadas en su producción y ganancias olvida mencionar que concentran mas del 95 % del mercado transformándolo en un oligopolio en el cual por ende acuerdan los precios de los productos.
Un segundo dato de la realidad que Carlitos menosprecia tiene que ver con el crecimiento sostenido que tiene en las empresas alimentarias un caso testigo de expansión con las consecuentes ganancias extraordinarias que ha venido conllevando a las empresas oligopólicas.
Pero hay un tercer dato de la realidad que mina la supuesta incertidumbre sobre el precio de los commodities en la cual sitúa Carlitos su argumentación para hablar de supuesta imprevisibilidades del Gobierno Popular.
Evidentemente Pagni toma los números de los economistas neoliberales para algunas cosas y los desecha para otras porque hasta los economistas del desprestigiado FMI han tenido que pronosticar no solo el crecimiento y la mayor facilidad para atravesar la crisis internacional de los países sudamericanos gracias a las políticas económicas que vienen implementando, sino también la impermeabilidad de estos países respecto de lo que esta sucediendo en España y Grecia, y aún si la crisis se expandiera a otros países de la Unión Europea.
La gran mentira que Pagni como de tantos otros mercenarios de la comunicación intentan reeditar sobre la relación visiblemente inexistente entre el aumento de salarios y el aumento de precios, cae por si sola al ver las ganancias extraordinarias del oligopolio alimentario que permitirían aumentos aún mayores para los trabajadores del sector.
Mas aún en un clima de crecimiento previsible que estos alcahuetes del Capital se esmeran por negar aún contra sus propios garúes económicos.
Claro esta que el objetivo de recortar esta por encima de todo y tiene la finalidad precisa de volver a un ciclo de desigualdades sociales y libertinaje del mercado.
Compañero Ikal Samoa
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