Los intentos desestabilizadores vía especulación con el
dólar; la que generan y reproducen distintas y variadas empresas a partir del
mercado del dólar ilegal pero también por medio de la operatoria “Contado con Liquidación”,
vienen, estas últimas semanas, profundizándose al ritmo de la campaña electoral
en una clara búsqueda de instalación de un clima de incertidumbre que sirva, en lo inmediato, para influir
en el resultado del domingo, y a posteriori, para forzar esa mega devaluación tan
anhelada por el Poder Económico.
Ante ello y con una mirada que pudiera prevenir cualquier
intentona de corrida bancaria, el Banco Central dio la orden a los bancos para
que elevaran la Tasa de Interés de 1 a 7 % hace una semana; una medida que en
la práctica beneficia a quienes colocan su capital en plazos fijos dado que
estos pasan a pagar más, pero que tiene como contrapartida el riesgo de ser un
freno al consumo porque el ahorro aparece como una opción tentadora.
Al margen de estas dos posibilidades, la oposición en su conjunto
con sus voceros del neoliberalismo económico a la cabeza, salieron a desvalorizar
fuertemente la medida que se había tomado, vaticinando que sería un fracaso
estrepitoso.
Manifestaron que el supuesto fracaso se iba a deber a la
inexorable falta de confianza reinante – eufemismo habitual que se utiliza
cuando un gobierno no lleva adelante políticas económicas que favorezcan a las
grandes corporaciones en detrimento del resto de la sociedad-, que hacía
inevitable que la gente – otro eufemismo que pretende englobar a todos los
sectores sociales asignándoles una cosmovisión propia de uno sólo y escueto- se
vuelque al dólar, legal o ilegalmente, como refugio ante el supuesto caos
macroeconómico.
Un relato que es tan habitual como alejado de la realidad
económica de aquellos que tienen capacidad de ahorro en el país; afirmación que
vuelve a corroborarse hoy, al conocerse que los depósitos a plazo fijo
aumentaron en 5.900 millones de pesos en los primeros cinco días hábiles, tras
la entrada en vigencia del aumento de tasas de interés dispuesto por el Banco
Central.
No existe la supuesta falta de confianza, sólo el verso
opositor y una realidad diametralmente opuesta que lo pone en evidencia.
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