Paliza electoral en Tucumán, en unos comicios donde el
frente que reúne a toda la oposición, ha intentado socavar la voluntad popular,
quemando urnas y produciendo violentos incidentes.
Ese es el mejor resumen de una jornada que tuvo a Juan Manzur,
candidato del Frente para la Victoria, como ganador con, hasta ahora, 14 puntos
porcentuales de ventaja sobre el candidato de Mauricio Macri y Sergio Massa, el
radical José Cano.
La diferencia, cuando aún restan escrutarse el 20% de las
mesas, supera ampliamente todas las falsas promesas opositoras sobre el
supuesto triunfo de Cano en uno de los distritos en los que el radicalismo
aseguraba que le iba a arrebatar el Ejecutivo al peronismo.
Nada de eso ocurrió, y probablemente sea justamente por ello,
que en una escuela de la localidad de Sargento Noya, Hugo Alarcon, candidato de
Acuerdo del Bicentenario, tal es el nombre del frente opositor, junto con sus
allegados, irrumpieron a los balazos para quemar las urnas y generar violentos
incidentes que dejaron varios heridos; todo esto, confirmado hoy públicamente por
el juez federal Mario Velázquez.
Esa es la oposición que tenemos, no sólo en Tucumán, sino
también a nivel nacional.
Una oposición que está dispuesta a hacer, literalmente, cualquier
cosa, en su intento por llegar a los ejecutivos.
En Tucumán, no pudieron quebrantar la voluntad popular que
les volvió a dar la espalda, al tiempo que ratificó su apoyo al kirchnerismo.
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