Presiones para un circo opositor.

Empezando a desentrañar la ingeniería en el circo montado por el Grupo ahhh para no aprobar el presupuesto 2011 en la Cámara de Diputados en la madrugada de ayer, nos encontramos, el día de la fecha, con la insólita confesión de Patricia Bullrich, diputada y vocera del lilitismo recalcitrante.
Reconociendo que fue la responsable de operar para que las diputadas Cinthya Hotton y Elsa Álvarez hicieran la pantomima de denuncia ante el presidente de la Cámara sobre supuestas presiones para aprobar la iniciativa enviada por el Gobierno Popular, ésta trepadora profesional de la política, mostró certeramente su rol, clave, para bloquear la aprobación de la ley de leyes.
“Por la presión que nosotros hicimos sobre esta situación y la denunciamos logramos ganar. Si no lo hubiéramos denunciado, no sé si ganábamos la votación” afirmo muy suelta de cuerpo, explicando de donde surgieron las presiones con el único objetivo de pudrir la sesión.
Cabe recordar que esta declaración, se suma a los inestimables – por lo esclarecedores de cara a cerrar el circulo sobre cómo se monto el escenario ficticio para ensuciar al Gobierno Popular- y contradictorios testimonios a la prensa formulados esa madrugada tras el fin del circo por Hotton y Álvarez, en los que ambas terminaron reconociendo que nadie les ofreció nada a cambio de su voto, y prosiguieron negándose a decir con que miembro del oficialismo habrían conversado.
Para peor, nótese que ante tamaña denuncia, en vez de ir al Poder Judicial, la oposición gorila decide que se investigue en la Comisión de Asuntos Constitucionales, donde obviamente tienen mayoría.
En síntesis, el circo ha dejado tantos cabos sueltos que su confección sobrepasa los límites de lo grotescamente imaginable, y por ello, lo más lógico es quedarnos con aquél viejo dicho en materia de derecho… A confesión de parte, relevo de pruebas.

Compañero Ikal Samoa