Fernando Laborda en su excesivamente inconsistente artículo de la fecha, intenta una vez mas mostrar una imagen falsa del escenario político y la realidad.
Partiendo de esa ya clásica premisa vacía y naturalizada convenientemente por el periodismo corporativo, esa que con la frase: los problemas que le importan a la sociedad, intenta imponer a toda la sociedad inquietudes, cuando no intereses sectoriales, este defensor de los multimedios hegemónicos da paso a la distorsión enumerada de fundamentales políticas en torno a la pluralidad de voces y el acceso a la información que viene desarrollando el Gobierno Popular.
Obsesionado, ensañado, atragantado con las políticas que derriban el pedestal de poder al cual dictadura y apropiación mediante se subieron esos multimedios, el sirviente de Bartolomé Mitre busca deslegitimar el proceso democratizador de la comunicación.
Así, al referirse a la caducidad de la licencia de Fibertel para dar servicio de Internet producto de la autodisolución de la empresa, miente descaradamente cuando asevera supuestos descontentos que no se verifican en la realidad cuando uno se pregunta ¿Dónde están las multitudinarias marchas de usuarios de Fibertel defendiendo a la empresa?, y ¿Cuántos empresarios decidieron retirar sus empresas del país por la supuesta inseguridad jurídica?
Pero no conforme con ello las falacias continúan cuando intenta manipular la historia de la apropiación de Papel Prensa por parte de Clarín y La Nación, que lejos de ser desmentida, fue ratificada por Lidia Papaleo de Graiver así como por Rafael Ianover.
Luego prosigue haciendo uso de los argumentos fascistas de la corporación de medios dominantes en Estados Unidos que utilizan la demonizada figura del presidente más ratificado en las urnas a lo largo de la historia mundial, Hugo Chávez, para desacreditar a Néstor y Cristina.
Y de yapa, sobre la última frustrada sesión en diputados, una más, acusa a los legisladores Compañeros que defienden el Proyecto Nacional y Popular de no dar quórum, cuando es de público y notorio que la oposición siendo mayoría en la cámara, debe encargarse de solventarse su propio quórum máxime para tratar proyectos que le son propios.
Es verdaderamente insólito e irracional el planteo en este punto.
Para finalizar su texto de barricada, el periodista corporativo intenta esbozar un par de frases hechas antes de verse obligado a reconocer el gran ascenso del oficialismo en las encuestas, y con ello retar a la oposición por hacer mal los deberes.
Seguramente en la cabeza del mentiroso Laborda, la confección de esta nota habrá tenido tanto el sentido de afirmar todas las falsedades necesarias para atacar al Gobierno Popular, como hacerle un tirón de orejas a los empleados en el poder legislativo que posee la corporación mediática en creciente decadencia.
Partiendo de esa ya clásica premisa vacía y naturalizada convenientemente por el periodismo corporativo, esa que con la frase: los problemas que le importan a la sociedad, intenta imponer a toda la sociedad inquietudes, cuando no intereses sectoriales, este defensor de los multimedios hegemónicos da paso a la distorsión enumerada de fundamentales políticas en torno a la pluralidad de voces y el acceso a la información que viene desarrollando el Gobierno Popular.
Obsesionado, ensañado, atragantado con las políticas que derriban el pedestal de poder al cual dictadura y apropiación mediante se subieron esos multimedios, el sirviente de Bartolomé Mitre busca deslegitimar el proceso democratizador de la comunicación.
Así, al referirse a la caducidad de la licencia de Fibertel para dar servicio de Internet producto de la autodisolución de la empresa, miente descaradamente cuando asevera supuestos descontentos que no se verifican en la realidad cuando uno se pregunta ¿Dónde están las multitudinarias marchas de usuarios de Fibertel defendiendo a la empresa?, y ¿Cuántos empresarios decidieron retirar sus empresas del país por la supuesta inseguridad jurídica?
Pero no conforme con ello las falacias continúan cuando intenta manipular la historia de la apropiación de Papel Prensa por parte de Clarín y La Nación, que lejos de ser desmentida, fue ratificada por Lidia Papaleo de Graiver así como por Rafael Ianover.
Luego prosigue haciendo uso de los argumentos fascistas de la corporación de medios dominantes en Estados Unidos que utilizan la demonizada figura del presidente más ratificado en las urnas a lo largo de la historia mundial, Hugo Chávez, para desacreditar a Néstor y Cristina.
Y de yapa, sobre la última frustrada sesión en diputados, una más, acusa a los legisladores Compañeros que defienden el Proyecto Nacional y Popular de no dar quórum, cuando es de público y notorio que la oposición siendo mayoría en la cámara, debe encargarse de solventarse su propio quórum máxime para tratar proyectos que le son propios.
Es verdaderamente insólito e irracional el planteo en este punto.
Para finalizar su texto de barricada, el periodista corporativo intenta esbozar un par de frases hechas antes de verse obligado a reconocer el gran ascenso del oficialismo en las encuestas, y con ello retar a la oposición por hacer mal los deberes.
Seguramente en la cabeza del mentiroso Laborda, la confección de esta nota habrá tenido tanto el sentido de afirmar todas las falsedades necesarias para atacar al Gobierno Popular, como hacerle un tirón de orejas a los empleados en el poder legislativo que posee la corporación mediática en creciente decadencia.
Compañero Ikal Samoa
1 comentario:
Es de locos. Todos los días se levantan y siguen con la misma milonga!
Se les demuestra hasta el hartazgo las razones y siguen como autómatas.
Entiendo que mucha gente ya se da cuenta. Un pariente fervoroso escucha de Radio Mitre hoy me dice: "Basta, me pudrieron, ahora escucho música".
Ojalá se den cuenta muchísimos más.
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