Una vez más, la Compañera Presidenta Cristina Fernández represento con dignidad y brillantez al país en el exterior.
En esta ocasión, con un discurso certero en el marco de la Asamblea General de la ONU que se esta desarrollando en Nueva York, la Presidenta, se explayo en conceptos fundamentales tanto a nivel económico como en materia de derecho internacional.
Dando cuenta del prominente presente argentino devenido del fin del libertinaje financiero en el país y la puesta en marcha de un modelo productivo sustentable, la Compañera, hizo hincapié en la saludable economía argentina recordando que “con un proyecto económico no dictado por los organismos multilaterales de crédito sino con nuestras propias convicciones, ha logrado el crecimiento económico más importantes en estos 200 años de historia y un desendeudamiento como nunca se había visto”.
“La Argentina ha renegociado el 93 por ciento de su deuda y ha aplicado medidas anticíclicas desde fines de 2008 y 2009 y así ha podido crecer un 9 por ciento en su actividad económica en los últimos 12 meses”, profundizo sobre el momento económico argentino, al cual sumo que “hemos impulsado un uso inteligente, racional, de las reservas, producto del superávit comercial. Fueron aplicadas al pago de deuda en lugar de salir al mercado de capitales y pagar tasas de dos dígitos, cuando por ellas nos pagaban apenas 0,5 por ciento de intereses”.
En este sentido, abogó por “una fuerte reforma de los organismos multilaterales de crédito” ya que “han fracasado en su misión fundamental de mantener una economía estable a nivel mundial”, y por “una legislación global en materia de fondos buitres que golpean sin piedad a las economías y en la necesidad de calificar y evaluar sobre calificadoras de riesgo”.
La presidenta también planteó la necesidad de otorgar “diferentes roles a los bancos centrales y a los Estados para impulsar medidas contracíclicas” que favorezcan la “estabilidad del empleo y no sólo la monetaria”.
A su vez, remarco el papel protagónico de los países en vías de desarrollo en la economía mundial al señalar que ellos “sostuvieron durante la última década el crecimiento de la economía y ahora son los que vuelven a hacerlo”, y afirmó que “No es justo que los países en desarrollo y a duras penas con su crecimiento económico han podido superar niveles de pobreza, sean precisamente los que tengan que hacerse cargo del pasivo ambiental producto de los países que contaminaron durante décadas el mundo”.
En cuanto al otro aspecto central al cual se refirió, el derecho internacional, Cristina habló sobre dos demandas históricas de carácter irrenunciable por parte del Estado Nacional.
En el caso del atentado contra la AMIA, ofreció a la República Islámica de Irán “elegir de común acuerdo” un tercer país para que “se pueda llevar allí al juicio”, en el que funcionarios iraníes están imputados, y afín a ello recordó que Argentina “lo único que demanda es justicia en la causa por el atentado a la AMIA”.
Y en el caso de la soberanía sobre las Islas Malvinas, denunció que “el Reino Unido se niega sistemáticamente a cumplir las resoluciones” de la ONU con respecto al tema, y aclaró “Este no es solo un reclamo histórico, el Reino Unido se niega sistemáticamente a entablar negociaciones con la República Argentina en materia de soberanía, sino que además ha tomado decisiones unilateralmente de explotación de hidrocarburos con lo que esto significa en la depredación de recursos naturales propios”.
La elocuencia en las palabras que la Compañera Presidenta vertió con su característica capacidad de retórica ha visibilizado una vez más, los logros y las ideas fuerza con potencialidad transformadora que aglutina el Proyecto Nacional y Popular.
Tanto los logros como las ideas fuerza son precisamente los argumentos que han reposicionado a nuestro país en el concierto de las naciones mundiales.
En esta ocasión, con un discurso certero en el marco de la Asamblea General de la ONU que se esta desarrollando en Nueva York, la Presidenta, se explayo en conceptos fundamentales tanto a nivel económico como en materia de derecho internacional.
Dando cuenta del prominente presente argentino devenido del fin del libertinaje financiero en el país y la puesta en marcha de un modelo productivo sustentable, la Compañera, hizo hincapié en la saludable economía argentina recordando que “con un proyecto económico no dictado por los organismos multilaterales de crédito sino con nuestras propias convicciones, ha logrado el crecimiento económico más importantes en estos 200 años de historia y un desendeudamiento como nunca se había visto”.
“La Argentina ha renegociado el 93 por ciento de su deuda y ha aplicado medidas anticíclicas desde fines de 2008 y 2009 y así ha podido crecer un 9 por ciento en su actividad económica en los últimos 12 meses”, profundizo sobre el momento económico argentino, al cual sumo que “hemos impulsado un uso inteligente, racional, de las reservas, producto del superávit comercial. Fueron aplicadas al pago de deuda en lugar de salir al mercado de capitales y pagar tasas de dos dígitos, cuando por ellas nos pagaban apenas 0,5 por ciento de intereses”.
En este sentido, abogó por “una fuerte reforma de los organismos multilaterales de crédito” ya que “han fracasado en su misión fundamental de mantener una economía estable a nivel mundial”, y por “una legislación global en materia de fondos buitres que golpean sin piedad a las economías y en la necesidad de calificar y evaluar sobre calificadoras de riesgo”.
La presidenta también planteó la necesidad de otorgar “diferentes roles a los bancos centrales y a los Estados para impulsar medidas contracíclicas” que favorezcan la “estabilidad del empleo y no sólo la monetaria”.
A su vez, remarco el papel protagónico de los países en vías de desarrollo en la economía mundial al señalar que ellos “sostuvieron durante la última década el crecimiento de la economía y ahora son los que vuelven a hacerlo”, y afirmó que “No es justo que los países en desarrollo y a duras penas con su crecimiento económico han podido superar niveles de pobreza, sean precisamente los que tengan que hacerse cargo del pasivo ambiental producto de los países que contaminaron durante décadas el mundo”.
En cuanto al otro aspecto central al cual se refirió, el derecho internacional, Cristina habló sobre dos demandas históricas de carácter irrenunciable por parte del Estado Nacional.
En el caso del atentado contra la AMIA, ofreció a la República Islámica de Irán “elegir de común acuerdo” un tercer país para que “se pueda llevar allí al juicio”, en el que funcionarios iraníes están imputados, y afín a ello recordó que Argentina “lo único que demanda es justicia en la causa por el atentado a la AMIA”.
Y en el caso de la soberanía sobre las Islas Malvinas, denunció que “el Reino Unido se niega sistemáticamente a cumplir las resoluciones” de la ONU con respecto al tema, y aclaró “Este no es solo un reclamo histórico, el Reino Unido se niega sistemáticamente a entablar negociaciones con la República Argentina en materia de soberanía, sino que además ha tomado decisiones unilateralmente de explotación de hidrocarburos con lo que esto significa en la depredación de recursos naturales propios”.
La elocuencia en las palabras que la Compañera Presidenta vertió con su característica capacidad de retórica ha visibilizado una vez más, los logros y las ideas fuerza con potencialidad transformadora que aglutina el Proyecto Nacional y Popular.
Tanto los logros como las ideas fuerza son precisamente los argumentos que han reposicionado a nuestro país en el concierto de las naciones mundiales.
Compañero Ikal Samoa
1 comentario:
Brillante!
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