La foto se conoció ayer, es de un asado que se realizó el
viernes pasado en la casa de José Ignacio de Mendiguren, del cual participó
Gustavo Marangoni, presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y
pretendido referente sciolista en la Ciudad de Buenos Aires; a quien se lo ve a
gusto en compañía de los diputados del pro, Laura Alonso; Patricia Bullrich; y Federico
Sturzenegger, y de los massistas, Marco
Lavagna y Marcelo D'Alessandro, entre otros.
Sobre este encuentro y con la prueba en mano, la oposición
con sus multimedios a la cabeza, ya ha salido a hablar del camino hacia el fin
de la supuesta grieta que tan de moda han puesto a fuerza de repeticiones.
Ante ello, su protagonista excluyente, aún ahora, mantiene
un silencio de radio que ayuda al cúmulo de especulaciones que como siempre,
exceden cualquier lectura light como la del simple asado con amigos - ¡Y que
amigos! Si se me permite-.
En este contexto, es en el que aparecen las dudas sobre si
el mensaje de Marangoni era lo que los multimedios opositores hoy publicitan, y
en ese caso sí aquello de “cerrar la grieta” implica más o menos
claudicaciones, o sí fue sólo un hecho más del sciolismo explícito ya conocido.
Ese que da cuenta de las formas y que en no pocas
oportunidades ha pregonado mediaciones que hicieron ruido hacia adentro de un
Frente para la Victoria que por su heterogénea composición vive a través del
debate político.
En cualquiera de los casos, lo único certero en una campaña
que está plagada de operaciones e intentos por deslegitimar, no sólo al
kirchnerismo sino también, y lo que es más preocupante, a la legitimidad de
origen que reside en el voto popular, es que la imagen es, cuanto menos, poco feliz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario