Cristina en el Coliseo.

En un marco inmejorable, con un teatro Coliseo vestido con las banderas populares y ante el calor; la emoción; y el clamor de los presentes dentro y fuera, la Compañera Presidenta de todos los Argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, clausuro la campaña electoral previa a su reelección el día domingo.

La antesala a su discurso, histórico por cierto, fue una cabalmente lograda muestra del país real que nos permitió dar cuenta del presente de cada uno de los protagonistas de los spots de campaña quienes fueron invitados de lujo.

Así, todos ellos a excepción de Brian, el atleta que se encuentra representando al país en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, acompañaron a Cristina y al compañero futuro vicepresidente, Amado Boudou, desde el escenario.

La Compañera una vez más supo dar cátedra retórica en un discurso, quizás el más movilizante del año, con un fuerte contenido político como ameritaba y reflejando bien la esencia de lo que es el Frente para la Victoria.

Expuso logros obtenidos gracias a las políticas desarrolladas y a nuestro Pueblo trabajador; emprendedor; maravilloso, con la claridad a la que nos tiene acostumbrados a la hora de poner sobre el tapete cada concepto consistente que tiene su traducción en la cotidianidad del país.

También explicó líneas a implementar con objetivos a futuro para seguir profundizando este modelo transformador de la realidad del país en términos de mayor crecimiento con desarrollo; inclusión; y redistribución más igualitaria de la riqueza.

Su llamado a la unidad aún con las diferencias, resaltado en los medios que publicaron lo que fue la jornada, evidenció su calidad de Estadista, al tiempo que reflejo su grandeza como militante y como persona.

Pero más allá de todo esto, y a la vez conteniéndolo, quiero volver sobre algo que dije al pasar.

El discurso de Cristina, como siempre, tuvo el contenido político que debe tener un discurso, electoral o no, que apunta a comunicar una idea; una visón; una propuesta, y lo tuvo porque ella como conductora expresa fielmente lo que es el movimiento.

Parece una obviedad afirmar que el movimiento es un movimiento político porque hace política, y entiende a esta como una herramienta de transformación, pero creo conveniente resaltarlo cuando del otro lado vemos esa necesidad por ocultarla; por desviar la estéril discusión neoliberal sobre la corrupción; o ponerla en términos de imagen y gestión empresarial.

Y creo conveniente resaltarlo porque el domingo vamos a ganar plantando un discurso que da cuenta de ideas; propuestas; y logros fruto del uso de la política, y lo vamos a hacer sin ocultar ni disfrazar absolutamente nada de lo que pensamos; sentimos; y militamos.

Este es un legado de Néstor y de Cristina, pero también es un compromiso que asumimos a diario porque hacemos política y la hacemos por y para nuestro Pueblo.

Compañero Ikal Samoa