Brasil viene siendo noticia desde ayer dada la contienda electoral de carácter general que se celebró con la concurrencia de más de 111 millones de votantes a las urnas – un para nada despreciable 81,88 % del padrón electoral-, para elegir tanto quien sucederá en el poder ejecutivo a Luiz Inácio Lula da Silva a partir del 1° de enero de 2011, como 27 gobernadores estaduales, 54 senadores y 513 diputados federales, y más de 1.000 legisladores estaduales.
Aunque los resultados, con el 99 % de las mesas escrutadas, ya han arrojado una clara victoria del oficialismo en las diversas categorías y puntualmente en la presidencial, los números no expresan aquello que vaticinaban encuestas previas, y habrá balotaje.
En este sentido, la candidata del PT Dilma Rousseff obtuvo el 46,91 % de los votos no pudiendo alcanzar la mitad mas uno necesarios para ganar en primera vuelta, mientras que su escolta inmediato el opositor José Serra logro un 32,61 %, y la candidata por el Partido Verde Marina Silva consiguió un sorpresivo 19,33 %.
Se hace evidente que con un universo finito de votantes, la elogiosa elección realizada por Marina Silva fue clave para configurar el escenario de balotaje, pero sin embargo parece no ser determinante para modificar el resultado final.
Y me permito afirmar esto tomando en cuenta algunas variables no menores como que el discurso planteado por el PV en la campaña intentaba correr por izquierda al oficialismo con lo cual su lejanía en términos políticos es mucho mayor con José Serra que con el primero.
A ello debemos sumarle que aún cuando Marina Silva diera un vuelco irracional y apoyara a la oposición, sus votantes no necesariamente y casi con seguridad no seguirían ese camino, máxime recordando que el electorado volátil que fuera central para su buena elección proviene, en su inmensa mayoría, del PT.
También urge considerar el proceso de transformación del electorado brasileño que hoy en día tiene una fracción mayoritaria con un pensamiento mas coincidente con el arco progresista, y ello se vio expresado ayer – sumando la cantidad de votos de Dilma y la candidata del PV se supera el 60 % del electorado-.
Por último y no menos relevante, debe destacarse que a la importante diferencia entre Dilma y José Serra de 14,30 %, se suma que la primera se encuentra a tan sólo 3,1 % de llegar al número de votos necesarios.
Todas estas variables desembocan en un resultado final prácticamente inevitable aún cuando faltan 27 días para el segundo round, el de la victoria para la Compañera del PT.
Aunque los resultados, con el 99 % de las mesas escrutadas, ya han arrojado una clara victoria del oficialismo en las diversas categorías y puntualmente en la presidencial, los números no expresan aquello que vaticinaban encuestas previas, y habrá balotaje.
En este sentido, la candidata del PT Dilma Rousseff obtuvo el 46,91 % de los votos no pudiendo alcanzar la mitad mas uno necesarios para ganar en primera vuelta, mientras que su escolta inmediato el opositor José Serra logro un 32,61 %, y la candidata por el Partido Verde Marina Silva consiguió un sorpresivo 19,33 %.
Se hace evidente que con un universo finito de votantes, la elogiosa elección realizada por Marina Silva fue clave para configurar el escenario de balotaje, pero sin embargo parece no ser determinante para modificar el resultado final.
Y me permito afirmar esto tomando en cuenta algunas variables no menores como que el discurso planteado por el PV en la campaña intentaba correr por izquierda al oficialismo con lo cual su lejanía en términos políticos es mucho mayor con José Serra que con el primero.
A ello debemos sumarle que aún cuando Marina Silva diera un vuelco irracional y apoyara a la oposición, sus votantes no necesariamente y casi con seguridad no seguirían ese camino, máxime recordando que el electorado volátil que fuera central para su buena elección proviene, en su inmensa mayoría, del PT.
También urge considerar el proceso de transformación del electorado brasileño que hoy en día tiene una fracción mayoritaria con un pensamiento mas coincidente con el arco progresista, y ello se vio expresado ayer – sumando la cantidad de votos de Dilma y la candidata del PV se supera el 60 % del electorado-.
Por último y no menos relevante, debe destacarse que a la importante diferencia entre Dilma y José Serra de 14,30 %, se suma que la primera se encuentra a tan sólo 3,1 % de llegar al número de votos necesarios.
Todas estas variables desembocan en un resultado final prácticamente inevitable aún cuando faltan 27 días para el segundo round, el de la victoria para la Compañera del PT.
Compañero Ikal Samoa
1 comentario:
"aún cuando Marina Silva diera un vuelco irracional y apoyara a la oposición, sus votantes no necesariamente y casi con seguridad no seguirían ese camino"
Exactamente lo que yo creo. Porque estos "ecologistas" que le huyen al debate central (lo económico) les desconfío como a Greenpeace.
Aclaro que me parece imprescindible el debate ecológico y la puesta en hechos sobre situaciones hace rato pendientes.
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