El campo esclavista.

Hoy por la mañana en dialogo con C5N, el Compañero titular de la Administración Nacional de Ingresos Públicos (AFIP) Ricardo Echegaray, dijo que el organismo ya contabilizó a 300 trabajadores en condiciones infrahumanas, detectados gracias a las inspecciones realizadas para descubrir evasiones en lo que va de 2011.
El Compañero señaló “la gente ni sabe cuánto van a cobrar, ni para quién trabajan” antes de remarcar que se siguen recibiendo denuncias de casos en todo el país.
“Los casos que más repercusión han tenido son los que incluyen a las multinacionales. Sin embargo, hay en la industria de producción de alimentos y avícolas. Ya estamos arriba de las 300 personas en condiciones infrahumanas que la AFIP ha contabilizado” puntualizó e inmediatamente indicó que la noticia de trata de personas puestas en situación de esclavitud por parte de las multinacionales ha tenido impacto a nivel internacional.
“Me he cansado de revisar portales de Internet, como hasta el propio diario El País, destacando la conducta del Gobierno argentino y echando abajo la conducta de estas empresas, que muchas veces son galardonadas por revistas” expreso dando cuenta de las importantes repercusiones que viene teniendo el accionar del Gobierno Popular.
Para finalizar, Echegaray recordó que por fortuna, no en todas las inspecciones se encuentran condiciones de trabajo infrahumano debido a que aún “hay empresarios que hacen las cosas bien”.
Ahora bien, mas allá de este último grupo de empresarios al que hizo referencia el Compañero, uno no debe perder el hilo conductor de éste campo esclavista que con métodos medievales garantiza sus cuantiosas ganancias a expensas de situaciones inhumanas.
Este campo esclavista, soñador de una vuelta a aquella vieja Argentina como granero del mundo; a aquel modelo agroexportador de la Generación del ´80 que a diario busca imponer su mirada particular; sus intereses políticos.
Este campo esclavista que aunque ahora contenga un componente mixto entre oligarquía nacional y capitales transnacionales, jamás cesó en sus prácticas perversas de explotación, pues es vorazmente insaciable y anhela ese esquema de país para unos pocos; para ellos.

Compañero Ikal Samoa