El sábado se cumplieron 10 años de aquel histórico 27 de
abril de 2003 en el que el Compañero Néstor Kirchner, sin saberlo en ese
momento, había logrado llegar a la presidencia del país.
Sin saberlo porque el más votado en esa primera vuelta
electoral había sido Carlos Saúl Menem con el 24,45% de los votos, mientras Néstor
había logrado el 22,24%, relegado a un segundo lugar que le permitía acceder a
un ballotage que nunca se realizaría.
Con ese escueto porcentaje de votos hizo su irrupción en un
escenario nacional catastrófico para cambiar la historia; para romper con los
27 años de neoliberalismo que habían dejado un país devastado económica y
socialmente.
Néstor llegó con la fuerza de lo inesperado e inició un
proceso que hoy, 10 años más tarde, nos encuentra en un país de pie; desarrollándose;
y creciendo.
Fue el abanderado de la transformación profunda que ha
permitido mejorar categóricamente todos los índices socioeconómicos, y quién
recuperó el rol del Estado como protagonista en la construcción de una sociedad
más justa e igualitaria.
Sus años al frente del Poder Ejecutivo dieron cuenta de su notable
capacidad para ser el gran intérprete de las necesidades y demandas sociales,
cambiando la concepción represiva del Estado por una concepción de interpelación
popular.
Néstor fue quien supo hacer la lectura más acertada de la
realidad en el momento más dramático de nuestra historia, y quien tuvo la
capacidad para poner en práctica una alternativa propia al modelo neoliberal
imperante.
Una alternativa cuyo sello indeleble ha sido el de la recuperación de la
política como herramienta de transformación social.
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