La jugarreta de Durán Barba.

Astuta jugada de Durán Barba la de ayer por la tarde haciendo que el Jefe de Gobierno porteño solicitase públicamente a sus legisladores su propio juicio político.
Una jugada con serios riesgos claro está, pero que en materia de imagen, algo que para el pro siempre ha sido lo fundamental, puede tener el golpe de efecto de cambiar el panorama sombrío existente y creciente.
Desde la lógica pro, la imagen siempre ha sido todo y por ello esta apuesta tiene estrecha relación con esa concepción tan vacía de hacer política.
Buscando sacar el foco de atención de las acusaciones fundadas por las cuales fuera confirmado su procesamiento, e intentando colocarlo en una imagen de armados atributos de hidalguía y rectitud a través de una escena engañosamente montada, la “solicitud” de su propio juicio político resulta entonces ser casi la única vía potable de escape para Macri en el intento por salvar su imagen ante la opinión pública y la condena social.
Parece una obviedad que es muy fácil pedir el juicio político propio cuando se tiene seguridad sobre que la mayoría en la legislatura responde a las órdenes de uno, e inclusive, si se logra montar la escena de forma efectiva, puede ser una jugada de alto impacto que facilite el efecto deseado: reconstruir la imagen perdida ante la sociedad.
Pero pese a este aparente negocio redondo, la jugarreta de Durán Barba cuenta con la falencia que pueda surgir de las negociaciones políticas entre el oficialismo y la oposición porteña que seguramente se sucedan en la legislatura.
Una puja que constantemente intentara romper el cerco pro de contención de los legisladores para conseguir los dos votos que hoy separarían a Macri de su destitución en caso de que se cumpla con su “pedido” de ayer.

Compañero Ikal Samoa