La apabullante victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la elección a gobernadores el día de ayer marca un ineludible cambio de época para la sociedad y la política mexicana.
Es que el dato sobresaliente aún cuando el escrutinio no ha concluido, arroja que por lo menos 8 de las 12 gobernaciones han quedado en manos del PRI que se impuso en forma contundente sobre el rejunte encabezado por el neoliberal Partido de Acción Nacional (PAN) y el tibio progresismo del Partido de la Revolución democrática (PRD).
No es casual que el refundado PRI que con nuevos cuadros ha logrado revitalizar una estructura política con capacidad para dar respuesta a las necesidades del pueblo mexicano, haya podido traducir en votos una visión y una perspectiva política, económica y social que recupera los valores de la pertenencia latinoamericana y el desarrollo centrado en la justicia social.
De la misma forma tampoco es casual que la tendencia gorila clásica de la región expresada en esta oportunidad a través del rejunte entre aquella izquierda del PRD que en las últimas presidenciales supo acusar de fraude a su actual socio, y este socio – el PAN- quien ha gobernado a México los últimos 10 años con la política neoliberal lacaya del imperialismo, que ha arrastrado al pueblo a los mayores deterioros económicos y sociales de su historia con los consiguientes beneficios en la multiplicación y fortaleza de las mafias de las multinacionales y del narcotráfico en las cuales reside el poder real actual.
La historia una vez mas se ha repetido con una desesperada y penosa alianza entre la izquierda y la derecha para derrotar una expresión popular, y una vez mas el fracaso de esta alianza ha dado paso al renacer de un pueblo que se ha puesto de pie para recuperar su dignidad, su trabajo, su bienestar y su felicidad.
Es que el dato sobresaliente aún cuando el escrutinio no ha concluido, arroja que por lo menos 8 de las 12 gobernaciones han quedado en manos del PRI que se impuso en forma contundente sobre el rejunte encabezado por el neoliberal Partido de Acción Nacional (PAN) y el tibio progresismo del Partido de la Revolución democrática (PRD).
No es casual que el refundado PRI que con nuevos cuadros ha logrado revitalizar una estructura política con capacidad para dar respuesta a las necesidades del pueblo mexicano, haya podido traducir en votos una visión y una perspectiva política, económica y social que recupera los valores de la pertenencia latinoamericana y el desarrollo centrado en la justicia social.
De la misma forma tampoco es casual que la tendencia gorila clásica de la región expresada en esta oportunidad a través del rejunte entre aquella izquierda del PRD que en las últimas presidenciales supo acusar de fraude a su actual socio, y este socio – el PAN- quien ha gobernado a México los últimos 10 años con la política neoliberal lacaya del imperialismo, que ha arrastrado al pueblo a los mayores deterioros económicos y sociales de su historia con los consiguientes beneficios en la multiplicación y fortaleza de las mafias de las multinacionales y del narcotráfico en las cuales reside el poder real actual.
La historia una vez mas se ha repetido con una desesperada y penosa alianza entre la izquierda y la derecha para derrotar una expresión popular, y una vez mas el fracaso de esta alianza ha dado paso al renacer de un pueblo que se ha puesto de pie para recuperar su dignidad, su trabajo, su bienestar y su felicidad.
Compañero Ikal Samoa
3 comentarios:
compas, no es el PRI algo así como el PSOE?
México necesita un cambio urgente.
No estaba informado. Veremos como se pone la cosa por allá, compañero.
Claramente para debatir, pero el PRI nunca realizo políticas de ajuste nefastas como las del PSOE. Es una punta...
Ikal
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