La señora inquisidora.

En una franca demostración del poder real que aún poseen los sectores mas autoritarios y conservadores de la sociedad, la jueza de Paz de General Pico Marta Covella aseguró que no cumplirá con la recién nacida Ley de Matrimonio Igualitario.
"Yo no los voy a casar. La Biblia me enseña que primero tengo que obedecer la ley de Dios, y después la ley de los hombres" fueron las palabras exactas de este espécimen digno representante del dogma inquisidor.
Obviamente, tanto ella como cualquier otro miembro del Poder Judicial sean de la Nación o de las provincias, no esta en condiciones de decidir si cumple o no con la ley.
Máxime cuando la ley que debe cumplir y hacer cumplir como funcionaria pública ha sido concebida enteramente bajo el estado de derecho en cumplimiento con la Constitución Nacional y todos los tratados internacionales vinculados a la temática, y fundamentalmente es un significativo avance en materia de derechos civiles y humanos.
Ante esta evidencia confesa sobre como obrará indebidamente en su trabajo la señora inquisidora, algo que carece de justificación alguna – y en esto debemos agregar que ese patético argumento que esgrime al decir "Se van a poder casar igual, porque los casará el juez suplente.” no puede ser tomado como atenuante-, urge la intervención de sus superiores competentes para iniciar un proceso de destitución.
Sería una locura que luego de estas declaraciones no se tomaran cartas en el asunto como corresponde, y se garantizara la impunidad para Sor Covella.
Ahora bien, conociendo el accionar de la lacra oscurantista, que tiene todavía basto poder enraizado en diversas trincheras de la sociedad, no debemos esperar que la efectivización de la igualdad lograda el pasado Miércoles tenga caminos allanados.
Seguirán utilizando todo tipo de artilugios para frenar el futuro para todos que estamos construyendo, e indudablemente dependerá de nosotros como pueblo defender esta y todas las conquistas y seguir avanzando y fortaleciendo al Gobierno Popular en la construcción de una patria justa, libre y soberana.

Compañero Ikal Samoa