Dólar: La operatoria del coro neoliberal.

Las medidas implementadas por la AFIP para organizar el mercado cambiario y controlar el origen de cada peso que es usado para comprar dólares, han caído pésimo como era de esperarse, en las filas del coro neoliberal.

Llorando y pataleando a fin de meter miedo en la sociedad, nos hablan de grandes catástrofes y de cuan anormal es realizar controles en este como en cualquier otro mercado.

Es lógico, ellos defienden al mercado y son socios por acción u omisión de toda operación que dañe al país.

Sus intereses particulares se ven afectados porque se les complica fugar divisas, así como se les complica apostar a imponer la idea de una corrida bancaria.

Corrida bancaria fantasma si las hay, es preciso aclarar, básicamente porque hoy en día y gracias a la implementación del Proyecto Nacional, el país tiene 47 millones de reservas acumuladas en el Banco Central y el control de la flotación cambiaria, ambos, pilares para no dejar la suerte de los argentinos atada a la voracidad del mercado de capitales.

Es evidente que ante esta nueva situación que permite poner la lupa en quienes mediante operaciones financieras lavan dinero, por ejemplo, estos profetas del mercado se sienten tocados e intentan reflotar la naturalización de su dogma en la sociedad.

Intentan naturalizar que lo normal es que el mercado sea intocable; que lo natural es que las operaciones financieras sean libres y estén por encima de cualquier marco regulatorio; y desde luego; que el supuesto nivel de eminencia del mercado debe ser respetado.

Es parte de la naturalización de estas visiones sectoriales también, el buscar el pánico social ya que son concientes del golpe de efecto que eso puede lograr.

Así, bajo un nefasto disfraz de cercanía y cotidianidad, útil para imponer sus anhelos como si fueran de gran parte de la sociedad, sacan títulos tan grandilocuentes como mentirosos como el de la portada del Diario La Nación de hoy, mientras nos continúan con discursos moralistas que lejos están de lo que ellos son.

Se sumen en contradicciones al criticar medidas que combaten el lavado de dinero, algo que ellos supuestamente avalan, eso sí, siempre y cuando no interfiera en su acumulación de capitales, y sus maniobras espurias.

Lo cierto es que una vez más, con el transcurso de los días iremos viendo, como ya lo observamos ayer y hoy, que el discurso neoliberal repugnante y atemorizante vuelve a estar en las antípodas de la realidad y de lo que el país necesita.

Sus intereses individuales están en las antípodas de lo que el país necesita para continuar construyendo una Patria justa, libre y soberana.

Compañero Ikal Samoa