La democracia según los mercados.

Los mercados, como suele llamársele con deleznable respeto al conjunto de negocios y negociados de los capitales concentrados corporativos nacionales y transnacionales de la economía mundial, tienen una visión de la realidad que pretenden imponernos al tiempo que la moldean casi a gusto en casi todo el mundo.

Sabemos que están conformados por una red de intereses cruzados entre corporaciones monumentales que poseen la capacidad para imponer políticas - cuando no gobernar países-, y para generar cierta hegemonía en el relato histórico que los salvaguarda de ser juzgados.

Así, desde un relato construido para avalar y favorecer todos sus intereses, naturalizan que la sociedad toda debiera velar por ellos, y desde luego, temer ante las denominadas turbulencias – denominación utilizada cuando se desploman las bolsas del mundo-.

Los mercados abogan por la democracia liberal, herramienta que les puede permitir adueñarse de las riquezas de los pueblos, pero llegado el caso, no tienen mayores reservas ante cualquier dictadura que les permita acumular riquezas directa o indirectamente – Arabia Saudita es un ejemplo de ello-.

Tampoco tienen reservas para imponer y financiar cualquier accionar de un Estado contra su propio Pueblo o contra cualquier otro porque multiplicar el capital todo lo vale.

Entonces, uno debiera preguntarse si resulta llamativa la reacción de las bolsas mundiales ante la única propuesta sensata que ha tenido el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, desde el inicio de la traumática crisis griega enmarcada en la galopante crisis mundial.

Obviamente la respuesta es no, dado que la propuesta de ir a un referéndum popular acarrea una repercusión acorde a lo que los mercados pretenden rechazar.

Es que, como bien conocemos, los mercados no abogan por otra cosa que no sea sus intereses, y el someter a la voluntad popular tal decisión podría afectar esos espurios e inhumanos intereses.

Ahora bien, que no sea llamativo, no es argumento consistente para no salir a destacar que la explicación a la caída de las bolsas ayer en todo el mundo, es que los mercados no conciben la posibilidad de una participación popular que intervenga y pueda poner coto a su accionar.

Esperan de la sociedad, su exclusión en lo que a definiciones económicas se refiere, y pretenden controlar cualquier resorte estatal.

Para el comité de corporaciones que ha llevado a Grecia al desastre total, es intolerable que sean los griegos quienes definan su futuro económico y ello lo hacen saber con movimientos como el de las bolsas ayer, y con sus multimedios voceros que no tardan en titular “Grecia volvió a provocar un terremoto en los mercados” como lo hizo La Nación o “Grecia generó pánico en los mercados y obligó a una nueva cumbre de la UE” como manifestó Infobae.

Compañero Ikal Samoa