Ayer al mediodía y con un gran discurso, asumió como Presidente de la hermana República del Perú, el Compañero Ollanta Humala.
Con clarificadoras palabras dirigidas a los presentes en el Congreso pero también y fundamentalmente a todo el pueblo peruano, Ollanta sentó posición sobre ejes centrales y mostró la firmeza necesaria para emprender el rumbo transformador que requiere un país atravesado y castigado en todas sus dimensiones por el neoliberalismo excluyente; colonizador; y marginador de los sectores populares.
En este sentido, el Compañero estableció como idea fuerza primordial desde el inicio de su oratoria, que el deber central del Estado es atender a los sectores excluidos y marginados de la sociedad; a los pobres y desclasados, y que la democracia peruana gozará de plenitud, solo “cuando la justicia y la paz social, la soberanía nacional y la seguridad de nuestras familias constituyan el zócalo de nuestra nación, cuando la igualdad sea patrimonio de todos y la exclusión social desaparezca aún en los lugares más remotos del país”.
En relación a ello, habló del concepto de Patria rescatando los legados de Víctor Andrés Belaúnde; José Carlos Mariátegui; y Víctor Haya de la Torre, y explicó que “la patria constituye una aspiración al destino común, una esperanza, una promesa inacabada por la que el pueblo peruano ha estado siempre dispuesto a entregar su vida en la paz y en la guerra, para defenderla y para legarla a sus hijos con orgullo y con fe. Esta aspiración a una patria inclusiva es la que abre el camino al progreso social. Para hacerla posible nos presentamos ante el pueblo y por eso estamos aquí. Asumo este reto como un desafío y como una promesa que expreso hoy ante todos los peruanos, y especialmente ante mis hijos y ante todos los niños y niñas del país, que serán el futuro de esta nación. Este es nuestro patrimonio más rico. Por ellos y para ellos voy a cumplir mi promesa de hacer de este país un lugar donde todos disfruten del mismo derecho a la plenitud y a la felicidad, a una vida digna y a una vejez protegida”.
De igual forma, se refirió a una característica central del país como es su multiculturalidad y la abrazó al remarcar la riqueza que ello implica.
“La realidad exige transformaciones para que la igualdad, la tolerancia, el reconocimiento de nuestra diversidad y un desarrollo que nos incluya a todos sea, al mismo tiempo, un acto civilizatorio y un compromiso colectivo. La realidad nos interpela diariamente y nos exige un nuevo contrato social que haga posible la convivencia armoniosa de todos los peruanos” subrayó.
En referencia al proyecto de país, el Compañero presidente señaló “nuestra voluntad no es la de copiar modelos, queremos, como Basadre que el Perú deje de ser el espacio problemático que era y sigue siendo, queremos para ello construir un camino propio, un modelo peruano de crecimiento con estabilidad, democracia e inclusión social. Tomaremos como ejemplo lo bueno de otras experiencias, pero como decía el amauta José Carlos Mariátegui, no habrá calco ni copia sino creación heroica”, y así evidenció su apego a una relación que resulta fundamental para entender este momento histórico de la región, la que ata necesariamente a la autodeterminación de los pueblos y capacidad para entender las particularidades de cada país.
También indicó la urgencia por fomentar la economía nacional con aumentos de salarios los cuales anunció, y con “la construcción de las obras de infraestructura, grandes y pequeñas; los programas sociales; la promoción del turismo y de la cultura peruana” para que “el Estado sirva como promotor no solo del crecimiento, sino también del progreso social, priorizando educación, salud y nutrición infantil, mejorando las condiciones de trabajo, particularmente los CAS y Servicios No Personales. Invirtiendo en infraestructura, en escuelas, en postas médicas, en Cunas y mejorando el salario básico”.
“Nuestro desafío es realizar esta gran transformación de manera gradual y persistente para que no se acompañe de presiones desestabilizadoras de nuestros equilibrios presupuestarios y macroeconómicos” explicitó, y agregó que “Perú establecerá una nueva relación entre el Estado y el mercado, distinta de las fracasadas recetas extremas del Estado mínimo y excluyente. En esa nueva relación, el Estado será un promotor de la inversión y del desarrollo, garante del ejercicio de los derechos y libertades, impulsor de las oportunidades para todos”.
A esto añadió que se buscará “la diversificación de la matriz energética a favor del gas y las energías renovables e impulsaremos el desarrollo de la industria petroquímica. En esa medida fortaleceremos la regulación y el acceso competitivo a las fuentes de energía para el transporte, evitando los sobreprecios”, y que se promoverá “la construcción de hidroeléctricas, fortaleciendo Electroperú y a las empresas eléctricas estatales regionales, y promoviendo las privadas, en un adecuado balance que otorgue prioridad a la demanda nacional. El Estado evaluará la participación de Electroperú en los nuevos acuerdos de inversión”.
Entendiendo que el proceso de transformación esta atado a un proceso de crecimiento y desarrollo regional, Ollanta expresó, concluyendo su discurso, que “el gobierno nacional será el principal aliado de los gobiernos regionales y locales. Una de nuestras primeras medidas será la instalación de un mecanismo de relación fluida del gobierno con los presidentes regionales, incluyendo el reconocimiento de la Asamblea de Gobiernos Regionales”, y así ratificó que Perú está y estará inmerso en la construcción de la Patria Grande.
“Yo les quiero recordar que nuestra independencia fue un proceso regional, donde todos nos hermanamos para lograr nuestra libertad y soberanía. La heroica gesta de nuestros próceres como el general don José de San Martín y el libertador Simón Bolívar, siempre conscientes de la urgencia de la unión de los pueblos de América, fueron los precursores del impulso integrador del presente. “Seguramente, escribía Bolívar, la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”. Este es aún objetivo pendiente para todos los pueblos de América” rememoró en pos de reforzar lo antes dicho.
Indudablemente, los conceptos que supo verter el Compañero Ollanta Humala, resultan muy alentadoras para toda la región y fundamentalmente para los hermanos peruanos quienes han sabido elegir un camino transformador hacia una sociedad mas justa; igualitaria; libre; solidaria; y soberana, retomando aquella frase celebre que acuñaron en momentos de la independencia: “firmes y felices por la unión”.
Compañero Ikal Samoa
1 comentario:
Leí la transcripción completa del discurso de Ollanta Humala en la página de "El peruanista" y acuerdo con él en los trazos gruesos (qué vanidoso suena eso, perdón),aunque tenga alguna que otra objeción (no creo en efectividad de perseguir el consumo de drogas con penas de cárcel, y la corrupción vista como algo que involucra la política y a los políticos deja afuera del foco a los empresarios que la promueven y se benefician de ella) .Es un discurso muy inteligente, muy bien construido, con base histórica firme. Realmente si no le tuercen el brazo, y Ollanta cumple la mitad de lo que promete será el mejor presidente que haya tenido el Perú en muchos años.
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