CABA: La polarización y el rol del Estado.

Resulta cuanto menos saludable, la situación de polarización que culminará cristalizándose el domingo cuando asistamos a la primera vuelta electoral del proceso que definirá el próximo jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Resulta cuanto menos saludable porque viene permitiendo clarificar el panorama en y para una sociedad porteña compleja en su entramado político; económico; social; y cultural, y de igual forma, porque termina sincerando el contenido real de la discusión política contemporánea.

En este sentido, la polarización como exposición potente de los distintos sectores sociales ante una situación de definición, una vez más y no en vano, sincera una discusión de la cual a su vez surge, la de cual debe ser el rol del Estado; la de que proyecto de Estado debe llevarse a cabo en la ciudad.

Y es esa discusión, la que hace visible una disputa entre dos proyectos antagónicos de Estado.

Uno, el actual que encabeza Mauricio Macri y que sufrimos los porteños, es el que piensa; entiende; y hace un Estado reducido.

Es ese que pretende ser el garante de las inequidades a partir de llevar a delante en políticas, todo precepto neoliberal que apunte a negar las funciones sociales indelegables del Estado, mientras resguarda los intereses y las necesidades de corporaciones y grupos concentrados.

Es ese que tiene como política abandonar cuando no maltratar física y psicológicamente a las personas en situación de calle.

Es ese que apuesta con una flagrante subejecución a la destrucción de la educación pública observada en las pésimas condiciones edilicias o en la cada vez peor situación del salario docente.

Es ese que como no tiene interés en la salud pública lleva adelante procedimientos para dejar sin insumos y sin gas a los hospitales.

Es ese que no invierte en viviendas cuando la problemática habitacional, es la más grave de todas en la ciudad.

Es ese que delega todo lo que sea atención y contención de los indigentes en organizaciones no gubernamentales a las que subsidia.

Es ese que nunca urbanizará las villas porque en su esquema ideal desea expulsar a sus habitantes de la ciudad.

Es ese que garantiza los negocios inmobiliarios y los de la basura.

Es ese que armo una fuerza de seguridad para espiar y reprimir, y a tal fin, convocó a toda la lacra exonerada de las policías Federal y de la Provincia de Buenos Aires.

Es ese que entiende al Estado únicamente como garante y protector de quienes ostentan el poder económico, como facilitador del denominado “buen clima para los negocios”.

El otro, el nuestro; el transformador; el que venimos desarrollando a nivel nacional con la Compañera Cristina Fernández como referente principal e irremplazable, es el que no sólo no concibe que el Estado se desligue de sus obligaciones sociales y económicas igualadoras, sino que entiende que esas son sus obligaciones fundamentales.

El proyecto Nacional y Popular que tiene en el Compañero Daniel Filmus a su candidato a jefe de gobierno, bajo esta cosmovisión estatal, plantea la necesidad de hacerse cargo de los problemas considerando como ejes centrales:

- La educación y el empleo como fuente de inclusión social.

- El desarrollo del sistema de salud como parte fundamental de la política de igualdad.

- El dialogo social y participación ciudadana para dar sustentabilidad a las políticas publicas.

- La intervención del estado mediante políticas de desarrollo económico y social que institucionalicen las intervenciones estatales, dejando la lógica actual de gestión empresaria.

Con estos ejes centrales como guía para desarrollar políticas concretas, pretende recuperar un rol central de intervención del Estado, a partir de abrir espacios de participación, y de comprender las problemáticas particulares de cada barrio de la ciudad.

Avanzar en un plan estratégico de viviendas que permita hacer frente a la crisis habitacional; concretar una presencia estatal que se traduzca en mejoras estructurales que permitan un desarrollo integral de la zona sur; y poner en práctica políticas que recuperen los sistemas de salud y educación con su sentido público, surgen como algunas de las temas de enorme relevancia a dar cuenta, e indudablemente, son temas que sólo el proyecto de Estado que piensa; plantea; defiende; y lleva a la práctica el Movimiento Nacional y Popular, puede y pretende abordar.

Porque es un proyecto que entiende al Estado como pieza clave en la integralidad, y apunta a aplicar toda su estructura institucional en pos de construir una sociedad más igualitaria.

Compañero Ikal Samoa