Linchamientos.

“La gente reacciona de esta manera, que no es la adecuada”, dijo el máximo referente de la oposición, Mauricio Macri, y como él, en las últimas 48 horas nos han venido bombardeando con un discurso cínico que aparenta condenar, pero termina justificando a quienes linchan.

Frases como “los vecinos están cansados” o “la gente se defiende porque el Estado está ausente”, son algunas de las tantas que, opositores de todos los colores y trincheras, vienen exponiendo en lo que se rotula, también de forma justificadora, como polémica en torno a los linchamientos, o como lo denominan algunos que van más allá: “Justicia por mano propia”.

Parece una obviedad necesaria, destacar que el concepto “justicia por mano propia” es una falacia, pues el encargado y único con potestad para administrar la justicia es el Poder Judicial.

En este sentido, aunque obvio también, debe señalarse que la “justicia por mano propia” es un eufemismo para no decir la palabra venganza.

Pero en el caso de los linchamientos, sería ridículo hablar de venganza, pues la venganza – ajena y extemporánea al Estado de derecho y la democracia liberal-, la ejercería una víctima o sus allegados y de esta forma se transformarían en victimarios de quien o quienes fueron victimarios en el hecho anterior.

En el caso de los linchamientos no existe siquiera la venganza, sino un ataque de un grupo de victimarios contra su víctima, en lo que en el mejor de los casos, se traduce en un intento de homicidio.

Entonces, a esos que se los denominan gente o vecinos, a fin de lavarlos de culpa y cargo, bien les cabe el mote de turba asesina que, como todos los que cometen un asesinato, no pueden ser justificados de forma alguna.

No hay razón ni justificación que avale un asesinato o un intento de, que es lo que son los linchamientos, y es potestad y responsabilidad del Poder Judicial, esclarecer cada uno de los que han ocurrido en los últimos días, y encontrar a los culpables para establecer las condenas que les correspondan cumplimentar.