Ernesto Laclau.

“El kirchnerismo llevó a cabo transformaciones en la sociedad que difícilmente puedan ser revertidas por una administración que tenga un signo político diferente”, fueron palabras de Ernesto Laclau en su última entrevista a la agencia Télam en febrero pasado.

Con su fallecimiento ayer en Sevilla, se fue, probablemente, el filósofo más trascendente que diera nuestro país.

Historiador y filósofo doctorado en la Universidad de Oxford, actualmente se desempeñaba como profesor emérito de teoría política en la Universidad de Essex, Laclau fue uno de los tantos científicos obligados a irse del país en tiempos de la dictadura que encabezó Juan Carlos Onganía.

Se radicó en Londres e 1969, tras haber tutelado las revistas Izquierda Nacional y Lucha Obrera, como parte de su militancia en una corriente del partido socialista identificada con los movimientos de liberación tercermundistas y la Revolución Cubana, y desde su vida allí tuvo notables intervenciones académicas entre las que se cuentan sus publicaciones “La Razón Populista”; “Hegemonía y Estrategia Socialista” junto a su esposa, la filósofa y politóloga belga, Chantal Mouffe; y “Política e Ideológica de la Teoría Marxista, Capitalismo, Fascismo y Populismo” – esta última publicada en México en 1978-.

Su obra hace un recorrido por las diferentes concepciones de la hegemonía e introduce interpretaciones sobre la fragmentación de la clase obrera, al tiempo que define nociones como la de “pluralismo agonal” que descarta totalmente una sociedad plena sin antagonismos, y la de “democracia radicalizada” como una herramienta plural a través de la cual se hace viable un proyecto revolucionario.

Su aporte académico, desde el pensamiento crítico y la izquierda nacional, tuvieron en sus últimos años estrecha relación con los procesos populares que vive América del Sur, con los que se identificó, y a los que supo interpretar y defender en distintos foros, inclusive desde el colectivo Carta Abierta del cual era parte.

Ayer, a los 78 años, pasó a la historia dejando un legado teórico- político que trascenderá porque representa un aporte para pensar y construir nuestro país.