En la madrugada de hoy y tras 14 horas de debate, la cámara de diputados uruguaya convalido la continuidad de la impunidad genocida en el vecino país.
Con un empate en la votación – recuérdese que ante la situación de paridad el reglamento legislativo uruguayo considera no aprobado el proyecto de ley en discusión-, y tras la retirada del oficialista y traidor al mandato que el Frente Amplio resolviera, Víctor Semproni, la denominada Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado quedo firme y en plena vigencia.
En consecuencia, esto se traduce en la continuidad de una imposición por parte del Estado.
La de desistir de toda acusación a quienes asesinaron, secuestraron y torturaron durante el gobierno de facto.
No fueron escuchadas las voces de los familiares de las victimas del terrorismo de Estado, ni las de los trabajadores nucleados en la central única de trabajadores PIT-CNT quienes llevaron adelante una huelga general parcial de cuatro horas al inicio de la sesión parlamentaria de ayer.
No fueron escuchados los silencios de miles de uruguayos que se concentraron exigiendo justicia.
No fueron escuchados y triunfaron nuevamente el olvido, la mentira y los asesinos.
No fueron escuchados y un sector que, aunque minoritario lo suficientemente fuerte dentro del partido de gobierno, logró imponer una la visión oportunista y despreciable.
Ese sector, conducido por José Mujica quien seguramente estará contento hoy por su batalla interna ganada, logró quebrar una voluntad histórica de su propia fuerza, pero lo que es más grave, dejo pasar una oportunidad histórica para construir un futuro para Uruguay.
Porque quien es incapaz de revisar el pasado y valorar los hechos en su justo punto castigando a quienes corresponde por sus delitos aberrantes cometidos, nunca podrá avanzar en la construcción de una Patria para todos, y siempre estará sujeto a la posibilidad de repetir la historia.
La garantía de impunidad, esa que viola la propia constitución oriental mientras las ratas del Poder Judicial hacen la vista gorda, es la consagración del nimio valor que el Estado Uruguayo le asigna a la vida.
Una consagración que se aplica perfectamente en el desprecio a los compañeros desaparecidos y asesinados, y que de igual forma, continúa alejando cada día más, a Uruguay de la Patria para todos que ellos soñaron.
Compañero Ikal Samoa
3 comentarios:
No se de que puede estar contento Mujica. Está firmando el acta de defunción del Frente Amplio. Con lo que costó que llegara al gobierno!!!
Sigan haciéndole caso a los liberales con el verso del "consenso" muchachos.
Has dicho algo muy sabio:
"...en el desprecio a los compañeros desaparecidos y asesinados, y que de igual forma, continúa alejando cada día más, a Uruguay de la Patria para todos que ellos soñaron."
Y agrego: de la que nosotros también soñamos. Muchos argentinos deseabamos otro destino para Uruguay, y no éste.
Da mucha bronca.
Mis saludos.
Solo puedo estar orgulloso de los cuarenta y nueve compañeros que levantaron la mano para anular la Ley de Caducidad y que acompañaron a Cien Mil Compatriotas en la Marcha del Silencio en 18 de Julio.
Hoy, siento verguenza de haber nacido en un pais en donde se defiende la Impunidad y en donde los Derechos basicos de su poblacion pueden ser plebiscitados.
Seguiremos luchando cueste lo que cueste por la Verdad y la Justicia.
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