El derrumbe del gimnasio como consecuencia de la excavación que se venía realizando en el terreno lindero ocurrido en la tarde del lunes, y que ya tiene un doloroso saldo de tres personas muertas y once heridas, una vez mas ha dejado al descubierto cuanto menos ciertas incapacidades del macrismo para reflexionar políticamente sobre el hecho y las circunstancias que lo rodean.
El apuro por montar una puesta en escena que lograra un impacto favorable en la opinión pública como telón urgente para ocultar estas incapacidades, más que una maniobra de última instancia resulta ya una burda y asidua táctica pensada por Durán Barba, y efectuada por Macri y sus secuaces.
La táctica marketinera, obviamente inscripta en la lógica de la política profesional que entiende a la sociedad política en términos de un mercado en el cual debe venderse un producto, en este caso Mauricio Macri y los niños pro, consiste justamente en montajes cuasi teatrales que generen golpes de impacto con el delicado objetivo de quedar bien ante la sociedad, o por lo menos la parte consumidora del producto macrista.
Así hemos vivido en estos dos días un operativo llevado casi hasta el grotesco con apariciones como la del Ministro Montenegro disfrazado de rescatista/bombero en plena conferencia de prensa del GCBA, o con la bajadas de línea constantes en declaraciones por repetición acusando al ingeniero a cargo de la obra de al lado del gimnasio por el derrumbe y hablando de los supuestos enormes avances que se han realizado en comparación con hechos anteriores en materia de seguridad edilicia.
Como parte de la teatralización no debemos olvidar el desfile de cuanto funcionario macrista hubiese cerca del lugar del desastre, y las escuetas y esquivas respuestas sobre cualquier referencia a las áreas competentes respecto a habilitaciones de obras y demás.
Toda está táctica ejecutada con cierta certeza, ha buscado ocultar y negar la discusión de fondo que trae aparejado el derrumbe en Villa Urquiza.
Y esa discusión, también tapada por los multimedios cómplices del gobierno de la ciudad, trasciende cuan eficaz sea el área que debe analizar, habilitar y luego controlar las obras, y como se reparten las culpas ante sucesos como estos.
Esa discusión necesaria, fundamental, es sobre la planificación urbana con todas sus relevantes aristas.
El denominado boom de la construcción ya venía dejando al descubierto la inexistente política de planificación urbana del pro, o mejor dicho que la planificación urbana esta supeditada a los intereses del mercado inmobiliario en pos, eso sí, de armar la ciudad de los ricos.
Mediante la apuesta y el apoyo a todo el negocio inmobiliario a gran escala que con sus costos opulentos viene consolidando una espiral inflacionaria disparatada en los precios de las propiedades, Macri y sus laderos continúan ejecutando ese viejo anhelo de transformar a Buenos Aires en una ciudad en la que puedan trabajar las clases baja y media- baja, pero que sólo vivan las clases media y alta.
Con estos preceptos es con los que se piensa la política de planificación urbana macrista, y bajo estos preceptos es que ocurren sucesos como el del lunes, que no es otra cosa que una muestra más del gobierno pro.
El apuro por montar una puesta en escena que lograra un impacto favorable en la opinión pública como telón urgente para ocultar estas incapacidades, más que una maniobra de última instancia resulta ya una burda y asidua táctica pensada por Durán Barba, y efectuada por Macri y sus secuaces.
La táctica marketinera, obviamente inscripta en la lógica de la política profesional que entiende a la sociedad política en términos de un mercado en el cual debe venderse un producto, en este caso Mauricio Macri y los niños pro, consiste justamente en montajes cuasi teatrales que generen golpes de impacto con el delicado objetivo de quedar bien ante la sociedad, o por lo menos la parte consumidora del producto macrista.
Así hemos vivido en estos dos días un operativo llevado casi hasta el grotesco con apariciones como la del Ministro Montenegro disfrazado de rescatista/bombero en plena conferencia de prensa del GCBA, o con la bajadas de línea constantes en declaraciones por repetición acusando al ingeniero a cargo de la obra de al lado del gimnasio por el derrumbe y hablando de los supuestos enormes avances que se han realizado en comparación con hechos anteriores en materia de seguridad edilicia.
Como parte de la teatralización no debemos olvidar el desfile de cuanto funcionario macrista hubiese cerca del lugar del desastre, y las escuetas y esquivas respuestas sobre cualquier referencia a las áreas competentes respecto a habilitaciones de obras y demás.
Toda está táctica ejecutada con cierta certeza, ha buscado ocultar y negar la discusión de fondo que trae aparejado el derrumbe en Villa Urquiza.
Y esa discusión, también tapada por los multimedios cómplices del gobierno de la ciudad, trasciende cuan eficaz sea el área que debe analizar, habilitar y luego controlar las obras, y como se reparten las culpas ante sucesos como estos.
Esa discusión necesaria, fundamental, es sobre la planificación urbana con todas sus relevantes aristas.
El denominado boom de la construcción ya venía dejando al descubierto la inexistente política de planificación urbana del pro, o mejor dicho que la planificación urbana esta supeditada a los intereses del mercado inmobiliario en pos, eso sí, de armar la ciudad de los ricos.
Mediante la apuesta y el apoyo a todo el negocio inmobiliario a gran escala que con sus costos opulentos viene consolidando una espiral inflacionaria disparatada en los precios de las propiedades, Macri y sus laderos continúan ejecutando ese viejo anhelo de transformar a Buenos Aires en una ciudad en la que puedan trabajar las clases baja y media- baja, pero que sólo vivan las clases media y alta.
Con estos preceptos es con los que se piensa la política de planificación urbana macrista, y bajo estos preceptos es que ocurren sucesos como el del lunes, que no es otra cosa que una muestra más del gobierno pro.
Compañero Ikal Samoa
2 comentarios:
Es un amuy buen visión del asunto compañero. Recién escuchaba a un vecino de Villa Urquiza sobre el colapso de los servicios en el Barrio. Además la torpeza que demuestran a la hora de ar respuestas, otra mueca más de su tan mentada gestión "despolitizada" a favor del vecino
No podías haber descripto mejor la situación, Ikal.
Todo esto, con la complicidad del dispositivo mediático que ocultó completamente el caso del bebé del Hospital Santojanni, que murió por no contar para su urgente operación, con anestesista. La administración Macri habría "ahorrado" quitando los tres anestesistas y ahora hay una demanda sobre el, como te digo "archivada por los medios".
Y hay algo pero que el tema de las escuchas, inclusive: de la guita que se vota año tras año en presupuesto para salud y educación, solo gastan un poco (15 o 20%). El resto "sobra" y entonces que hacen? Asfalto! para vista de los lugares más pudientes, para seguir con el negocio preferido de Mauri, donde de hecho está prendido.
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