Final abierto en Chubut.

Iban a ganar por 20 puntos de diferencia, así lo afirmaban hace dos meses Mario Das Neves y sus secuaces.

Iba a ser una paliza decían, hasta que la elección catamarqueña les dio un baño de realidad.

En ese momento transformaron la supuesta diferencia de 20 puntos porcentuales en 7 ú 8, y con el correr de la semana pasada la fueron remplazando por las plegarias a Dios y el “hay que ganar aunque sea por un voto”.

Quizás eso explica que el escrutinio provisorio no haya finalizado, pues de las 1133 mesas se escrutaron 1118, y las 15 restantes sin explicación racional alguna permanecen ocultas.

Quizás eso explica la urna dada vuelta en Puerto Madryn; los mas de 400 votos impugnados; la mesa de Trelew en la que se contabilizaron mas votos de los que el padrón registra; la decisión de la junta electoral de no publicar los datos vía Internet como se realiza habitualmente en cada elección; y las demoras en brindar información sin dejar de lado las dos horas con cuarenta que se tardo en dar los primeros números.

En una elección a la cual todo el Neoliberalismo Federal hubiera esperado una cómoda victoria, de hecho para eso viajaron sus referentes aunque el pobre de Felipe Sola nos diga lo contrario, Martín Buzzi, delfín de Das Neves, necesito de unos cuantos artilugios irregulares para poder figurar hoy en las primeras planas de los medios hegemónicos como supuesto ganador con una diferencia exigua – estaría obteniendo 37,7 % contra el 37,2 % del Compañero Carlos Eliceche, candidato del FpV, de brillante elección-.

Y digo hoy porque veremos si la justicia electoral lo da como ganador en el escrutinio definitivo aunque uno es conciente de la cercanía de esta última para con Das Neves; para muestra tenemos su lamentable proceder a la hora de informar anoche.

La contienda electoral en Chubut aún ahora permanece abierta, mal que le pese al Neoliberalismo Federal.

Seguramente, conciente de ello, fue que Martín Buzzi decidió no aportar anoche en los ¿festejos? del bunker del PJMC.

O habrá sido la vergüenza por todas las trampas utilizadas, la que le impidió siquiera brindar unas palabras a quienes lo votaron genuinamente.

Compañero Ikal Samoa