Disgustos para Obama.

Con la cabeza puesta en otras latitudes: Defender los intereses de las grandes corporaciones norteamericanas en Japón ante los sucesos de público conocimiento que continúan en la tierra del sol naciente; y generar un consenso con las potencias amigas a fin de invadir Libia e instaurar a sangre y fuego un gobierno democrático liberal - entiéndase un gobierno que le permita la apropiación de los recursos naturales-, Barack Obama arribará este fin de semana a Sudamérica para visitar Brasil y Chile.

La visita, de carácter oficial, esta marcada por una agenda de reuniones de rigor con los presidentes Dilma Rousseff y Sebastián Piñera a las que se le sumarán actividades clásicas como reuniones con empresarios y firmas de acuerdos menores.

Sin embargo, ya antes de su arribo, el mandatario del Imperio ha tenido que asumir algunos disgustos.

El primero, oficializado en el día de la fecha, es el de tener que suspender un acto público promocionado hasta el hartazgo y de manera bastante poco feliz por la Presidenta de Brasil, debido a los temores del propio Obama por su accionar frente a lo que ocurre en Libia.

Es lógico que las acciones que viene ejecutando su administración para derribar al Gobierno de Gadaffi y colocar un títere, necesite de ciertos recaudos en la seguridad presidencial.

Al fin y al cabo, esto de agrandar el imperio suele tener reacciones de quienes no quieren ser colonizados mal que le pese al ex senador por Chicago.

En cuanto al segundo disgusto, lo tendrá al llegar a Chile porque este pueblo chileno organizado que nos enorgullece, no ha perdido la memoria y viene organizando una movilización popular en Santiago para repudiar su visita.

Con las consignas de llamar al gobernante estadounidense a asumir la responsabilidad de Estados Unidos en el golpe militar contra el Gobierno Popular de Salvador Allende, hecho que sin lugar a dudas contribuye a mantener la impunidad en flagrantes violaciones a los Derechos Humanos; y de exigirle que respete los procesos de emancipación y de integración en América Latina poniendo fin a todo tipo de actitudes agresivas contra los países de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina, el pueblo chileno se apronta a poner las cosas en su lugar y dar por tierra con la construcción mediática que intenta imponer la llegada de Obama como algo primaveral.

Un humilde servidor afirma: Afortunadamente no habrá acto multitudinario en Brasil que convalide la figura del mandatario norteamericano, y si veremos al pueblo chileno movilizado evidenciando lo que ésta figura representa y es.

Afortunadamente Obama no podrá evitarse estos disgustos.

Afortunadamente no pisará nuestras tierras.

Compañero Ikal Samoa