Ayer, tras la definición tomada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) en cuanto a intimar a las empresas distribuidoras de electricidad para que procedan a resarcir a los clientes por los daños que causaron los cortes, el Compañero Ministro de Planificación Federal Julio De Vido, se vio en la obligación de salir a responder los variados ataques que voceros de la caterva opositora lanzara en relación al tema.
“Algunos parecen más interesados en defender a las empresas que a los usuarios” expresó con pericia el Compañero, en referencia al accionar de defensa cuasi corporativa que se viene ejecutando para con las empresas.
Es que, cual vendepatrias de máxima pureza, el diputado mendocino Omar de Marchi y el economista Santiago Urbiztondo, salieron en defensa de las distribuidoras argumentando que el problema reside en las bajas tarifas – léase: con tarifas más caras no habría cortes-.
Obviamente a estos dos títeres de las privatizadas no les importa como afectaría tal suba en el mercado interno, y fundamentalmente en los sectores que menos ingresos tienen.
Por ello, cuando De Vido dijo “Por ahí les iría mejor como gerentes de una distribuidora en la que quienes tenían que estar a cargo se quedaron descansando en Italia y España mientras los trabajadores ponían el pecho y trabajaban 18 horas por día para restablecer el suministro” nos asiste con una gran verdad respecto del manejo empresarial y sus voceros opositores cómplices, protectores de intereses particulares.
“Desde el 2003, muchos privados apostaron al fracaso del modelo y no hicieron inversiones. En cambio, donde estuvo presente el Estado, como la generación y el transporte de energía, se incrementó significativamente la capacidad” explicó Julio dando cuenta del nivel de premeditada desidia de las privatizadas, para luego remarcar que “en el sector de la distribución, sobre todo en la empresa Edesur, las inversiones no acompañaron el crecimiento de la Argentina”.
“En el medio de la ola de calor más extensa de los últimos 50 años la producción de energía batía récord día tras día, mientras que por la falta de inversiones en distribución miles de usuarios sufrían la falta de electricidad” señaló, antes de poner sobre el tapete el contraste entre la desinversión privada, y un gobierno que ha incrementado “la capacidad de generación en un 40 por ciento” tendiendo más de “2.500 kilómetros de líneas de alta tensión”.
Se hace evidente ante esta situación, la necesaria intervención del Estado, y la certera auditoría planteada a Edenor, Edesur y Edelap.
Y de la misma forma, pero en pos de defender los contratos de estas empresas, se hace evidente que ciertos parlamentarios “Son gerentes de las empresas distribuidoras, por eso nunca hablan de la calidad del servicio” como bien manifestara el Compañero Julio.
“Algunos parecen más interesados en defender a las empresas que a los usuarios” expresó con pericia el Compañero, en referencia al accionar de defensa cuasi corporativa que se viene ejecutando para con las empresas.
Es que, cual vendepatrias de máxima pureza, el diputado mendocino Omar de Marchi y el economista Santiago Urbiztondo, salieron en defensa de las distribuidoras argumentando que el problema reside en las bajas tarifas – léase: con tarifas más caras no habría cortes-.
Obviamente a estos dos títeres de las privatizadas no les importa como afectaría tal suba en el mercado interno, y fundamentalmente en los sectores que menos ingresos tienen.
Por ello, cuando De Vido dijo “Por ahí les iría mejor como gerentes de una distribuidora en la que quienes tenían que estar a cargo se quedaron descansando en Italia y España mientras los trabajadores ponían el pecho y trabajaban 18 horas por día para restablecer el suministro” nos asiste con una gran verdad respecto del manejo empresarial y sus voceros opositores cómplices, protectores de intereses particulares.
“Desde el 2003, muchos privados apostaron al fracaso del modelo y no hicieron inversiones. En cambio, donde estuvo presente el Estado, como la generación y el transporte de energía, se incrementó significativamente la capacidad” explicó Julio dando cuenta del nivel de premeditada desidia de las privatizadas, para luego remarcar que “en el sector de la distribución, sobre todo en la empresa Edesur, las inversiones no acompañaron el crecimiento de la Argentina”.
“En el medio de la ola de calor más extensa de los últimos 50 años la producción de energía batía récord día tras día, mientras que por la falta de inversiones en distribución miles de usuarios sufrían la falta de electricidad” señaló, antes de poner sobre el tapete el contraste entre la desinversión privada, y un gobierno que ha incrementado “la capacidad de generación en un 40 por ciento” tendiendo más de “2.500 kilómetros de líneas de alta tensión”.
Se hace evidente ante esta situación, la necesaria intervención del Estado, y la certera auditoría planteada a Edenor, Edesur y Edelap.
Y de la misma forma, pero en pos de defender los contratos de estas empresas, se hace evidente que ciertos parlamentarios “Son gerentes de las empresas distribuidoras, por eso nunca hablan de la calidad del servicio” como bien manifestara el Compañero Julio.
Compañero Ikal Samoa
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