Lo había admitido ya hace dos días el jefe de Camioneros, Hugo
Moyano, al reconocer: “La gente tiene que entender que el paro es contra la Presidenta”.
Chocolate por la noticia; ya lo sabíamos, no somos boludos, de
hecho, es la primera conclusión al reflexionar, ya desde su mismo lanzamiento, sobre
la medida adoptada por la cúpula del gremio cuyos trabajadores son de los mejores pagos
del país.
La utilización de una herramienta pensada para defender los
intereses de los trabajadores a fin de contribuir en la constitución de un
clima de tensión social, es lo más lamentable del circo al que asistimos por
estas horas, pero es a su vez, una reafirmación en cuanto a que la protesta esta
más ligada a ello que al reclamo sobre el impuesto a las ganancias; que ahora
aparece como una excusa a tal fin.
Basta con escuchar al propio Hugo Moyano hoy, diciendo una
frase que no reviste mayor análisis que el de tirar cualquier cosa de esas que
caen bien al pequeño sector furiosamente gorila – aquel que mientras apoyaba
este proyecto lo aborrecía y ahora lo ve rubio de ojos celestes-: “¿Por qué no
le descuentan ganancias a los de La
Cámpora?”, o a alguno de sus lenguaraces laderos como el secretario
gremial del sindicato, Marcelo Aparicio, quien, sin ningún tapujo, mintió diciendo que un
camionero “es pobre, le cuesta llegar”, tras haber reconocido que “un trabajador de larga distancia está arriba
de los 12 mil pesos y el que viaja afuera del país está arriba de 16 mil pesos”.
Las barbaridades que están exponiendo públicamente
Moyano y sus muchachos, en última instancia, vienen a reafirmar lo que el
primero ya anunció abiertamente: El carácter de la medida de fuerza que escapa
totalmente a la racionalidad y apunta a golpear al Gobierno Nacional y Popular.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario