No hay grandes cambios tras una presidencia y media de
Barack Obama, en lo que a las relaciones internacionales estadounidenses refiere,.
Por ende, no llama la atención que hoy se conozca el
acuerdo al que llegaron los legisladores que integran los comités de
Inteligencia de la Cámara
de Senadores y la Cámara
de Representantes, quienes con el visto bueno del presidente, aprobaron una
intromisión más de carácter imperial.
En este caso, la decisión es la de autorizar que la CIA – quién ya venía brindando
apoyo- preste abierta colaboración con armamento a quienes pretenden derrocar
al jefe de Estado sirio; Bashar Al Assad.
Siria es un país que hace meses vive una guerra civil,
surgida en lo que se denominó “La primavera árabe”, pero sin la evidente
contundencia que han tenido las movilizaciones en otros países.
Más allá de esto y sin entrar en la discusión sobre quien es
quien en esa disputa, lo cierto es que en momentos en los cuales el gobierno
sirio viene retomando el control, ha aparecido la mano del imperio que pretende
la destitución del presidente de aquel país.
Es que la visión imperial impune, goza de buena salud hacia
adentro de lo que bien podríamos denominar como un hegemón en decadencia – su legitimidad
en picada y su economía cada vez es más dependiente de otras regiones del mundo
dan testimonio-, y por ello el respeto a los conflictos y los actores ajenos no
existe.
Obviamente, a demócratas y republicanos nada les importa la
realidad de quienes habitan aquel país, y siguen utilizando el cínico discurso mesiánico
sobre la democracia y la libertad mientras distribuyen muerte y destrucción por
el mundo.
Su objetivo siempre es el mismo: Proteger a cualquier precio los
intereses estadounidenses donde sea; y en este marco, se hace lo que sea
necesario para no dejar detalle alguno librado al azar en medio oriente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario