Habiéndose escrutado el 95,17% de las mesas, la elección
para renovar bancas en la legislatura provincial de Misiones muestra ya
resultados contundentes.
Digo esto porque desde ayer, varios periodistas que ofician
de operadores a nivel nacional, han intentado instalar en la opinión publicada un
supuesto rechazo al kirchnerismo en las urnas.
Nada más alejado de una realidad que vuelve a pasarlos por
encima, dando cuenta que los espacios que son parte el Proyecto Nacional
y Popular, suman el 51,9% de los sufragios.
El verso que han pretendido instalar algunos, contenía
variadas y hasta opuestas afirmaciones que van desde la negación de la
pertenencia kirchnerista del oficialismo provincial para resaltar que el Frente
para la Victoria
había obtenido un 5,88%, hasta la falaz comparación entre los resultados de
esta elección y los de 2011 – incomparables ya que hace dos años la centralidad
del sufragio estaba puesta en un cargo ejecutivo; es como comparar peras con
milanesas napolitanas-.
Lo cierto es que en esta elección, había tres listas kirchneristas:
El oficialista Frente Renovador de la Concordia; el Partido Agrario y Social, ligado al
Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella; y el Frente para la Victoria, y la sumatoria
de los votos obtenidos por ellas, representa más de la mitad del porcentual electoral.
Obviamente, uno no puede caer en la lógica matemática porque
en política, uno más uno no siempre es dos: Las democracias liberales
tienen entre sus características primordiales, la volatilidad de gran parte del
electorado, por lo que la confluencia de espacios, siempre es una incógnita a
develar tras el escrutinio.
Aún así, en esta elección, con todas sus mediaciones – de carácter
provincial; a legisladores; en una provincia gobernada por un frente que surgió
al calor del kirchnerismo-, los espacios que se identifican, sin titubeos, con
la conducción nacional de Cristina Fernández de Kirchner, han obtenido, sumados
todos los votos cosechados, la mayoría de los votos válidos.
Mal que les pese a los mentirosos de siempre, el escenario
electoral actual, no se presenta como desfavorable al Gobierno Nacional y
Popular.
Ni siquiera esta cercano a lo que fuera el 2009.
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