El viernes pasado, en
el Consejo del Partido Justicialista situado en Adrogué Partido de Almirante
Brown, la militancia del Frente para la Victoria se disponía a realizar un homenaje a
Evita conmemorando el 61 aniversario de su fallecimiento, cuando irrumpió en
escena una patota del Frente Renovador.
Dirigida por Eduardo Giustozzi, hermano del intendente local y candidato a primer concejal en este distrito, y Juan Manuel Molina, cuñado de los Giustozzi, la patota de unas 50 personas, amenazó con armas de fuego y agredió físicamente a los participantes del homenaje.
Las viejas prácticas de la política que son moneda corriente en lugares como Malvinas Argentinas, donde Jesús Cariglino - otro flamante hombre del massismo- es intendente, ahora trasladadas a Almirante Brown, como para demostrar que el Frente Renovador no tiene empacho en llevar adelante cualquier maniobra que intente amedrentar a sus oponentes.
Es que, aunque nulo efecto tendrá, el vergonzoso accionar de los Giustozzi brothers expone una forma de hacer política ya conocida y ampliamente repudiada, que cínicamente, está en las antípodas de ese discurso de paz y amor que el Frente Renovador pretende vender cual espejitos de colores.
Lo que sí, esta reedición llevada a cabo por el dos de Sergio Massa, evidencia el miedo que le tienen a la disputa electoral en el pago propio y la incapacidad para confrontar con ideas.
Dirigida por Eduardo Giustozzi, hermano del intendente local y candidato a primer concejal en este distrito, y Juan Manuel Molina, cuñado de los Giustozzi, la patota de unas 50 personas, amenazó con armas de fuego y agredió físicamente a los participantes del homenaje.
Las viejas prácticas de la política que son moneda corriente en lugares como Malvinas Argentinas, donde Jesús Cariglino - otro flamante hombre del massismo- es intendente, ahora trasladadas a Almirante Brown, como para demostrar que el Frente Renovador no tiene empacho en llevar adelante cualquier maniobra que intente amedrentar a sus oponentes.
Es que, aunque nulo efecto tendrá, el vergonzoso accionar de los Giustozzi brothers expone una forma de hacer política ya conocida y ampliamente repudiada, que cínicamente, está en las antípodas de ese discurso de paz y amor que el Frente Renovador pretende vender cual espejitos de colores.
Lo que sí, esta reedición llevada a cabo por el dos de Sergio Massa, evidencia el miedo que le tienen a la disputa electoral en el pago propio y la incapacidad para confrontar con ideas.
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