Con la tonelada de disparatadas denuncias promovidas por la
oposición en danza, podría pasar desapercibido que esta, la que le hicieron a la Produradora General
de la Nación, Alejandra
Gils Carbó, por una supuesta designación ilegal de fiscales, se cayó a pedazos.
El juez federal Sebastián Casanello, consideró que las
designaciones realizadas por la procuradora se hicieron en base a “los principios
que gobiernan el organismo y que emanan del artículo 120 de la Constitución Nacional”,
por lo que se ajustan a derecho.
De esta forma desestimo la imputación que había hecho el
fiscal federal, Guillermo Marijuan, a pedido de de algunos diputados
opositores.
En este caso como en tantos otros, la total falta de
seriedad y de responsabilidad de opositores y fiscales como Marijuan que
trabajan para ellos, han hecho que una denuncia falsa se caiga velozmente, algo
previsible, por su completa inconsistencia.
Sin embargo, el daño ya esta hecho porque el objetivo de la
denuncia no era judicial, sino un golpe
de efecto mediático.
Se buscaba ensuciar a Gils Carbó y para ello bastaban una
mentira; un fiscal amigo que le de cabida en el Poder Judicial; y los más de
300 medios de la cadena nacional opositora que la repliquen.
Este modus operandi no es nuevo, por el contrario, es la práctica
habitual de opositores al Proyecto Nacional que no discuten ideas y apuntan a
restaurar la vieja idea que el neoliberalismo cultural impuso sobre la política, como algo
sucio y perverso.
Es el juego al que se remiten casi a diario porque son
incapaces de sostener un debate en el que expresen sus lineamientos respecto al
país que quieren, sin eufemismos o palabras vacías de moda como dialogo y
consenso.
En definitiva, se cayó una denuncia de las tantas que se caen y seguirán
cayendo, que expresan una forma de oponerse negando el debate y apuntando a
embarrar la cancha.
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