Tras el fallo del juez Mántaras, quien ayer confirmó la
orden para que el gobierno macrista de la CABA suspenda la entrada en vigencia de la
resolución por la cual se fijaba la nueva tarifa del subterráneo en $ 3,50
hasta tanto no se resuelva la cuestión de fondo en la causa, la vicejefa de
gobierno, María Eugenia Vidal, salió hoy, a expresar tribuneras declaraciones en
el canal TN del grupo Clarín.
“El gobierno de la Ciudad se encuentra en una situación muy difícil porque contábamos con esos recursos”, se victimizó Vidal cuando en realidad, el distrito que gobierna el pro, tiene el mayor presupuesto en relación a la cantidad sus habitantes del país, más allá del delicado proceso de endeudamiento en el cual lo han inmiscuido del 2007 a la fecha.
Continuando con las excusas, señalo que “serán los vecinos de la Ciudad, los porteños, los que pongan esta plata y vamos a evaluar qué partidas vamos a recortar de los gastos del Gobierno y qué cosas vamos a dejar de hacer para solventar esta plata que tenía que venir de la tarifa”, como sí el tarifazo no lo fueran a pagar los vecinos, y para peor de forma directa e indiscriminada.
También calificó como “un disparate” que el juez cuestione que la Ciudad no haya fijado “una política pública que asegure el acceso al servicio de quienes no disponen de recursos”, algo que viene en consonancia con su lógica de pensamiento según la cual no le corresponde a la intendencia hacerse cargo de garantizar el acceso al transporte a todos los sectores.
Las frases de Vidal van siempre en este sentido, porque lo que más le molesta de este fallo judicial al pro, es que deja en evidencia que la Ciudad tiene los recursos para subsidiar un transporte que le compete y del cual debe hacerse cargo, y en consecuencia pone sobre el tapete la alternativa política al demencial aumento del cuadro tarifario.
Pone sobre el tapete que aumentar sistemáticamente el costo del pasaje es una definición política que lejos esta de ser el único camino.
“El gobierno de la Ciudad se encuentra en una situación muy difícil porque contábamos con esos recursos”, se victimizó Vidal cuando en realidad, el distrito que gobierna el pro, tiene el mayor presupuesto en relación a la cantidad sus habitantes del país, más allá del delicado proceso de endeudamiento en el cual lo han inmiscuido del 2007 a la fecha.
Continuando con las excusas, señalo que “serán los vecinos de la Ciudad, los porteños, los que pongan esta plata y vamos a evaluar qué partidas vamos a recortar de los gastos del Gobierno y qué cosas vamos a dejar de hacer para solventar esta plata que tenía que venir de la tarifa”, como sí el tarifazo no lo fueran a pagar los vecinos, y para peor de forma directa e indiscriminada.
También calificó como “un disparate” que el juez cuestione que la Ciudad no haya fijado “una política pública que asegure el acceso al servicio de quienes no disponen de recursos”, algo que viene en consonancia con su lógica de pensamiento según la cual no le corresponde a la intendencia hacerse cargo de garantizar el acceso al transporte a todos los sectores.
Las frases de Vidal van siempre en este sentido, porque lo que más le molesta de este fallo judicial al pro, es que deja en evidencia que la Ciudad tiene los recursos para subsidiar un transporte que le compete y del cual debe hacerse cargo, y en consecuencia pone sobre el tapete la alternativa política al demencial aumento del cuadro tarifario.
Pone sobre el tapete que aumentar sistemáticamente el costo del pasaje es una definición política que lejos esta de ser el único camino.
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