Circo británico en Malvinas.

Finalmente, Gran Bretaña hizo efectivo el circo denominado referéndum, para que los colonos británicos y sus descendientes implantados en nuestras Islas Malvinas, dijeran que deben pleitesía a la reina Isabel II.

El hecho, con una irregularidad ineludible que lo vicia de nulidad – los colonos, si es que ellos solos fueron parte, no necesitaron documento alguno para efectuar su voto-, transcurrió con la complicidad de los mismos observadores internacionales que avalaron el vergonzoso proceso electoral en la Honduras pos golpe de Estado a Manuel Zelaya.

Tan necesario era que el circo diera el obvio resultado que dio – 99,8% de los colonos avaló el colonialismo inglés- sin la menor duda sobre el acto, que por si las moscas, el gobierno británico colonial le quitó previamente, la acreditación al observador académico de la City University London, Peter Willets, quién había recordado públicamente las resoluciones de la ONU entorno a Malvinas.

Justamente, estas resoluciones son las que de antemano, otorgan total nulidad legal al espectáculo montado en nuestras islas, pues la intervención y la definición de Naciones Unidas respecto al necesario fin de los enclaves coloniales no deja dudas sobre el significado del concepto “población implantada”, que invalida cualquier acto que involucre a los colonos.

A esta legalidad, la cual el Reino Unido de la Gran Bretaña se niega a respetar, se le suma la ilegitimidad de su posición, que continúa incrementándose a medida que más y más países brindan su apoyo a la posición argentina.

El apoyo de todos los países de América Latina sumado al del G77 + China, son ejemplos de cómo hoy, la posición argentina, cuenta con una legitimidad global que aísla la posición colonial de Gran Bretaña, quién sólo es capas de sostener el enclave bajo su poder debido a su potencial de fuego.

En estas circunstancias, no casualmente, es que el reino de Isabel II decidió montar este circo, casi como un recurso terminal para recuperar algo de legitimidad en una discusión donde la razón y la legalidad, nunca les asistieron.