Habemus tarifazo.

Ni audiencias públicas; ni protestas de trabajadores y pasajeros; ni las leyes de supuesto financiamiento que el macrismo sacó, han sido suficientes para evitar un nuevo tarifazo en los subterráneos que regirá a partir de mañana, cuando se incremente en un 40% respecto del valor actual, el costo del pasaje.

De $2,50 subirá a $3,50, y así acumulará un inédito y vergonzoso incremento del 218% desde que la intendencia pro de la CABA se hizo cargo de los subtes.

Los números ponen en evidencia una política que el macrismo ha venido consolidando respecto al medio de transporte en cuestión, que lejos de considerar el derecho a la accesibilidad de los sectores con menos poder adquisitivo, privilegia la lógica del costo beneficio del mercado.

No hubo nunca de parte del intendente Macri y sus huestes, un planteo entorno a una intervención estatal que garantice un servicio de subterráneos accesible; que tenga una tarifa que los sectores populares, quienes lo utilizan a diario, puedan pagar.

No la hubo simplemente porque en la visión pro, el Estado no está para garantizarle a la sociedad el transporte público y por ende, no esta para subsidiar el pasaje.

La visión pro, más bien entiende que el subte debería tener una tarifa acorde a sus costos, y que son los usuarios del servicio, en tanto clientes, quienes deben hacerse cargo de sustentarlo; la vieja y conocida lógica empresarial que no sabe de derechos o responsabilidad social.

Mañana vuelve a aumentar el subte y nada tiene que ver con cualquier aumento de precios como suelen mentir los funcionarios porteños, sino que es la consecuencia lógica de una política de transporte empresaria elitista.