Hoy al mediodía se conoció una gran noticia, de esas que
siempre esperamos porque dignifican la sociedad, de las que dan cuenta del
fruto de una militancia de años hecha a base de perseverancia y amor.
Es que, la recuperación del nieto número 106, anunciada por la Asociación Abuelas
de Plaza de Mayo, es un ejemplo de lucha y a la vez, una alegría incontenible
que da fuerzas para continuar una búsqueda tan urgente como necesaria en pos de
la memoria; la verdad y la justicia.
Pablo Javier Gaona Miranda desapareció junto a sus padres, María
Rosa Miranda y Ricardo Gaona – ambos militantes del ERP-, el 14 mayo de 1978.
Fue apropiado durante todos estos años y su identidad le fue
negada.
Recién hace un mes, se acercó a Abuelas dudando sobre sus orígenes,
y hoy lo hemos recuperado como un hijo del pueblo.
Estela de Carlotto, titular de Abuelas, lo reflejó de manera
impecable al anunciar la noticia: “Hoy después de 34 años fue liberado de la
mentira”, y agregó que “la verdad es la única forma de poner fin al tormento de
vivir sin saber quién es uno”.
“El entregador fue un coronel retirado, primo del que lo crió
y fue su padrino. La historia que le contaban era que lo habían traído de la
provincia de Misiones. En 2001 empezó a preguntarse por su identidad. En el
2008 le dijo a la mujer que lo crió sobre sus sospechas. Hace más de un mes se
acercó a Abuelas” reseñó Estela, y explicó que “él vino sólo. Vienen todos los
días jóvenes con dudas. Se presentan y nos comentan sus interrogantes. Cada uno
tiene dudas por cuestiones diferentes. Hay que tener la paciencia del diálogo
para que se sientan cómodos y cuentes sus historias. El deseo del encuentro
sigue siendo tan urgente como el primer día”.
Hoy gracias a las Abuelas, volvemos a darle la bienvenida a un
nieto recuperado.
Hoy gracias a las Abuelas, con su compromiso político
inquebrantable; su trabajo imprescindible; y su amor inconmensurable, somos
mejores como sociedad.
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