En horas en las que todo el séquito de Mauricio Macri 2015
ha salido con la fuerte consigna de apelar lisa y llanamente al voto útil anti
peronista que le permita recuperar su ahora cuestionado por la encuestología,
segundo lugar, y en las que también se observa una homogenización del discurso
opositor copiando la vacía frase de “Mantener lo bueno y cambiar lo malo”, nos
encontramos con las nada casuales declaraciones de la candidata de Cambiemos a
la gobernación de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, respecto de la tradición
distrital de no cortar boleta; algo que choca de lleno con la apelación de la
semana pasada para con los votantes de Felipe Solá en las PASO.
“La historia marca que los vecinos de la provincia eligen a
un gobernador y a un presidente de un mismo partido político”, señaló la
vicejefa de la CABA aún en funciones, en declaraciones a Radio 10.
Es que, contradicción al margen, entendida como una más de
las marchas y contramarchas de la incoherente campaña del espacio, Vidal viene
a inaugurar un cierre de campaña de Cambiemos en el cual se buscara apuntalar
la figura de Macri a partir de la mejor imagen que tiene su candidata
bonaerense.
En efecto, los últimos días de campaña veremos al dúo
participando de varios actos en el conurbano como parte de la táctica de
tracción a la inversa que pretende romper con el techo de imagen que posee el
candidato presidencial en el distrito más importante del país.
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