Notable fracaso del circo que pretendieron montar ayer
algunos dirigentes sindicales opositores encabezados por Pablo Micheli, usurpador
compulsivo del sello CTA por obra y gracia de Víctor De Genaro; Eduardo Buzzi,
conocido por haber convertido la Federación Agraria en un comité oligarca más; y Pablo Moyano, heredero de Camioneros.
Desde hace tiempo, el primero había anunciado a la de ayer
como una jornada de protesta con paro y movilización a Plaza de Mayo, a la que luego
se subirían los oligarcas y la tropa moyanista a la cual, últimamente,
cualquier colectivo parece dejarla bien.
La publicitaron con bombos y platillos y en estos días
inclusive, recibieron la colaboración de medios opositores que apostaban a su éxito.
Sin embargo, los trabajadores volvieron a darles la espalda entendiendo
que el reclamo se monta en supuestas demandas gremiales, pero esconde un
trasfondo político opositor frente a un gobierno que ha creado más de 8
millones de puestos de trabajo; ha restablecido las paritarias como instrumento
de negociación colectiva; y ha venido dando respuestas a todas las demandas
históricas de los trabajadores.
Con suerte y viento a favor la movilización de ayer llegó a
las 10 mil personas, una cifra vergonzosa para quienes se autoproclaman líderes
de los trabajadores, y a ello debemos sumar que el paro fue, como era de
esperarse, prácticamente nulo.
Es que los trabajadores no se dejan engañar con consignas
rimbombantes y saben que este tipo de actos tiene como único objetivo pegarle
al Gobierno Nacional y Popular con el cual tanto han venido avanzando.
Los trabajadores tienen memoria, algo de lo cual por elección,
carecen los organizadores del circo de ayer.
De lo que no carecen seguramente, es de la capacidad para
vender humo, pues aún con el estrepitoso fracaso consumado, el propio Micheli, sin
vergüenza alguna, amenazó en su discurso en la plaza: “No va a terminar este año sin que hagamos ese paro nacional, sin que se
mueva una sola pluma”.
Eso sí, tras la amenaza en el acto de cierre de la jornada, no se privó de partir en el vuelo 908 de American Airlines, rumbo a Miami... El lector sacará sus conclusiones.
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