Dos anuncios fundamentales para el proceso de transformación
económica que vive el país, dio ayer la Presidenta de todos los argentinos, Cristina Fernández
de Kirchner.
Por un lado, un
proyecto para la modificación de la ley 17.811 que regula la Comisión Nacional
de Valores (CNV) y la oferta pública de valores, a fin de culminar un nefasto
ciclo de autorregulación del mercado y reglamentar a las calificadoras de
riesgo.
Tal cual lo
explicara hoy en declaraciones radiales, el Ministro de Economía, Hernán
Lorenzino, “esta decisión tiene que ver con lo que creemos es un paso
importante con la idea de institucionalizar los cambios que se produjeron en
los últimos años. Tiene que ver con la
Ley 17.811, una ley que heredamos de la dictadura de 1968, y
que quedó desfasada (…) Esto no es ni más ni menos que poner en línea a nuestro
mercado de capitales, que claramente no ha tenido el rol que tiene en otros
lados del mundo, en términos de canalización del ahorro del público y las
instituciones hacia actividades productivas”.
Es que en la práctica, el neoliberalismo como fase económica
mundial, había degenerado los mercados de capitales en antros de especulación
financiera, ajenos completamente a la producción y el desarrollo del mercado
interno.
Como bien señaló Lorenzino, con este proyecto se apunta a
que esos fondos “se vuelquen hacia las pequeñas y medianas empresas, la
construcción de viviendas y obras de infraestructura”.
Respecto de las calificadoras de riesgo, la Jefa de Estado fue
contundente al manifestar que se regularán por normativa; “queremos que se termine con el verso de las
calificadoras”, aseveró y las definió como: “Gran verso internacional; gran
estafa internacional”.
Por otro lado, Cristina
también informó que las compañías de seguros deberán destinar parte de su
cartera de inversiones en fondos para el sector productivo y para
infraestructura a largo plazo.
“Se destinarán 7.000
millones de pesos para inversiones productivas y de infraestructura hasta el 31
de mayo”, destacó sobre esta medida que también apunta a fortalecer el sector
productivo generador de trabajo y valor agregado.
Desde luego, ambas
medidas se inscriben en un proceso de profundización de nuestro modelo económico
que tiene como pilar el mercado interno y su círculo de crecimiento virtuoso, y
como protagonista al Estado que interviene en la economía en pos de beneficiar
los intereses populares.
El Estado como controlador e interventor
recuperando su rol de actor central e insustituible para el desarrollo integral
del país.
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