Hoy se cumplen tres años desde que fuera sancionada por el
Poder Legislativo la Ley
de Servicios de Comunicación Audiovisual.
En este tiempo hemos asistido al inicio de una transformación
comunicacional que llevará años como toda transformación profunda requiere,
pero que ya empieza a mostrar sus frutos en los primeros movimientos que van
desde la implementación de la televisión digital terrestre, a la conformación
de la nueva autoridad federal de comunicación audiovisual, los concursos de licencias para radio en distintas jurisdicciones del país y el
ordenamiento de la grilla de canales de cable al cual se han sujeto todos los
cable operadores a excepción del Multimedios Clarín.
Han comenzado a acceder al espacio de comunicación
audiovisual universidades y comunidades originarias, y esta en pleno proceso la
regularización en la situación de radios cooperativas; barriales; y
comunitarias.
En tres años se ha avanzado en la puesta en marcha de la nueva
norma digital de la televisión abierta, clave en la ampliación del espectro de
voces en la comunicación audiovisual, y también se ha logrado empezar a aplicar
el marco regulatorio en la gestión de cables privados,
y la nueva concepción que apunta a garantizar la pluralidad en cuanto a la generación
de contenidos, algo que ya da frutos visibles en cuanto al aumento y variedad
de nuevos ciclos de ficción.
Desde luego, todas estas acciones que se están llevando a
cabo en el marco de la puesta en vigencia de la ley, necesitan de la aplicación
del Artículo 163 - el de adecuación de aquellos grupos que exceden la cantidad
de licencias de radio y televisión permitidas como garantía de la pluralidad-
para poder funcionar acorde al espíritu con el que la norma fue creada.
Este artículo es un engranaje central e irremplazable en
tanto regulador de un espacio finito como es el de las señales de radio y
televisión, en pos de abogar por la pluralidad de voces.
Es sabido que el multimedios Clarín ha logrado por medio de
vericuetos legales y jueces afines demorar la aplicación plena de la ley, justamente
impidiendo la puesta en vigencia del Artículo 163, el cual lo sacaría de su posición
dominante en el espectro de comunicación audiovisual actual.
En todo este tiempo hemos visto como este grupo económico-
mediático ha operado por lo bajo para trabar la aplicación de la norma, y ha demostrado
públicamente su total y completo desapego al cumplimiento de una ley democrática
votada por el parlamento y ratificada por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Llegará el 07 de diciembre, fecha que la propia CSJN fijo
como límite para la última medida cautelar que fuera avalada por uno de los
jueces que responden al multimedios, y hasta ese momento la ley no podrá verse
aplicada en su totalidad.
En todo este tiempo hemos avanzado como sociedad hacia una comunicación más democrática, y de igual forma, hemos tenido que sufrir la impunidad que brinda el poder tan real como ilegítimo, que ostenta el Grupo Clarín.
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