En estos momentos en el salón Azul del Palacio Legislativo, se está desarrollando la exposición, del candidato propuesto por el Poder Ejecutivo Nacional al cargo de Procurador General de la Nación, Daniel Reposo.
Es ante la Comisión de Acuerdos de la Cámara de Senadores, que Reposo esta defendiendo su postulación tras haber oído las 17 impugnaciones que recibió por supuestas falta de idoneidad, e independencia respecto del Gobierno Nacional.
Desde luego, los argumentos para impugnarlo parecen cuanto menos livianos, dada su trayectoria laboral que incluye su actual cargo como titular de la Sindicatura General de la Nación.
Hablar de falta de idoneidad con el desempeño notable que viene teniendo Reposo en la SIGEN - que incluye entre otros casos el de Papel Prensa, en el cual su obrar viene permitiendo que el Estado haga valer sus derechos en la empresa-, es poco serio.
Su compromiso para con las funciones que le asigna la norma vigente se ha expresado en cada uno de sus actos como funcionario.
De la misma forma, utilizar como forma de impugnación su cercanía al proyecto político que conduce la Compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, suena a pecar de ingenuo.
Es obvio, que todo candidato a esto como a cualquier otro puesto tiene concordancias con algún proyecto político, y ello no lo convierte automáticamente en un infractor de ley alguna.
El concepto de independencia política resulta un infantilismo en este sentido, y de hecho, puede ser utilizado como excusa falaz para discriminar a alguien que no tiene un solo antecedente violatorio de normativa alguna.
El escenario esta abierto de cara a la votación que sería la semana próxima, pero lo cierto, es que no hay razones de fuste por las que Daniel Reposo no pueda ser Procurador General de la Nación.
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