Podrán seguir estafando a pequeños ahorristas con los vaivenes de un dólar ilegal, y continuaremos oyendo a los economistas del establishment llorar y patalear, cuando no, despotricar con el beneplácito mediático para sembrar el terror.
Lo cierto es que, como bien se señala en esta nota del diario Tiempo Argentino, desde el inicio de la aplicación de las medidas que apuntan a desdolarizar la economía, la fuga de divisas de los grandes operadores – entiéndase los grandes capitales concentrados de la economía-, ha caído un 90%.
El accionar del Estado para regular esta actividad que muchísimo daño ha hecho al país en otras épocas, viene dando sus frutos a partir de observar que el promedio mensual de dólares fugados por medio del ilegal mecanismo llamado “contado con liqui”, ha descendido de U$S 572 millones en el año pasado a U$S 38 millones en este.
Los controles, que por un lado apuestan a contribuir en la ardua batalla de descolonizar el pensamiento dolarizado de cierto sector de la población, paralelamente, representan otra muestra soberana en cuanto a la potestad que tiene el Estado de definir que hace con las divisas.
En este sentido, es claro que tomar las medidas necesarias para retener divisas surgidas de la exportación de productos locales y definir como se utilizan, son potestades propias de un Estado Nacional, y de quien lo conduce.
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