Ayer por la tarde en el Hotel Sheraton, Miguel Galuccio, gerente general de YPF, hizo la presentación del Plan Quinquenal que se desarrollará hasta el 2017 en la compañía.
Con una inversión que superará los U$S 38 mil millones y la creación de 10 mil nuevos puestos de trabajo, “la empresa volverá a ser líder petrolera en la región” aseguró, y explicó que se van a rejuvenecer yacimientos actuales, así como también, a “duplicar la actividad exploratoria en los próximos cinco años”.
“A partir de 2013, se va a perforar 1000 pozos por año”, pormenorizó, y recordó que “la última vez que se perforaron 1000 pozos fue en 1996”.
Todo esto, permitirá recuperar la producción de hidrocarburos en el país, que “venía cayendo al 6% anual y queremos que empiece a crecer también un 6 por ciento” señalo Galuccio, como ambiciosa meta hacia el 2017.
Es claro que el plan, y así lo muestran sus lineamientos principales, resulta muy ambicioso.
Pero así debe ser, si se pretende recuperar a YPF como herramienta central en el camino de la soberanía energética, y por ende, como motor productivo de la economía.
La apuesta, es la que urge para reintegrar una empresa clave en el desarrollo del mercado interno, así como de cara a volver a ser un país exportador de crudo y gas.
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