Anoche pasadas las 22 horas, el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, anunció que Daniel Reposo había declinado su candidatura a procurador general de la Nación por medio de una misiva enviada a la Presidenta de todos los argentinos; el Vicepresidente, Amado Boudou; y los jefes de las dos bancadas mayoritarias en el Senado, Miguel Ángel Pichetto por el Frente para la Victoria y Luis Naidenoff por el radicalismo.
La extensa carta, detalla los motivos de la renuncia de Reposo, dejando en claro el papel determinante del multimedios Clarín y sus socios, y su capacidad de lobby para abroquelar a la UCR; el FAP; y lo que queda del PJ disidente, en contra de su aspiración.
Los ataques constantes y sonantes de los que ha sido objeto el actual titular de la SIGEN, concluyen siendo determinantes en la complicidad opositora para impedir que su pliego obtuviera los dos tercios necesarios en la cámara alta.
Dicho esto y entendiéndolo como un pequeño y parcial triunfo corporativa, Scoccimarro también presento a la nueva postulante al cargo en cuestión; la fiscal general Alejandra Gils Carbó.
Gils Carbó tiene antecedentes sobrados para acceder al puesto, entre los que podemos recalcar su desempeño como prosecretaria letrada de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial y como secretaria del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial 8.
A su vez, es autora de varios libros jurídicos y ha tenido actuaciones destacables en causas fundamentales como la fusión entre Cablevisión y Multicanal, Papel Prensa o Transportadora de Gas del Norte.
Evidentemente, a los ojos del poder económico, Gils Carbó no será bienvenida como no lo fue Reposo.
Veremos como se comporta la oposición, es decir, si actúan acorde a sus convicciones y fundamentos políticos, o si nuevamente son gobernados por el lobby corporativo.
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