Pasó el denominado y largamente convocado – entre otros, por
los medios opositores- 18A, una movilización opositora de similares características
a las del 8N – entiéndase con mas o menos la misma cantidad de participantes;
la misma heterogeneidad de consignas y reclamos con la salvedad que en el 8N se
criticaba a la corporación judicial y ahora se la defendió; mas o menos las
mismas agresiones a los periodistas de los medios tildados de oficialistas; y mas
o menos la misma participación de opositores con responsabilidades
institucionales y militantes de sus partidos, eso sí, ocultando sus espacios de
pertenencia-, y resulta prudente hacer algunas reflexiones.
La primera pudiera parecer obvia pero bien vale destacarla, fundamentalmente para evidenciar la falacia esa de “la dictadura de los K” que tanto se escuchó ayer, y es que una vez más, como ocurre desde 2003 a la fecha, se ha desarrollado una protesta con total libertad de expresión y sin ningún tipo de intervención represiva por parte del Estado Nacional, algo que hasta la asunción de Néstor Kirchner como presidente no ocurría ni por asomo.
La segunda, ligada al contenido de las declamaciones y los reclamos, consiste en pensar quienes son los destinatarios, y en este caso, es claro que una protesta planteada como opositora al Gobierno Nacional y Popular desde su origen, tiene como principal destinatario de sus reclamos a una oposición que no los representa.
Aquí cabe hacer un paréntesis, porque aún cuando la protesta allá sido opositora, resulta conveniente que el espacio oficialista pueda analizar si alguna de las múltiples cosas que se escucharon ayer es atendible desde el Proyecto Nacional.
Dicho esto, cabe señalar que una movilización como la de ayer, en la cual la gran mayoría de los asistentes no participantes de los espacios de oposición se definen como opositores, y a la cual esos espacios convocan y asisten con la necesidad de mostrarse como referentes, da cuenta de la crisis de representación y el vacío existente en la oposición formal.
Desde luego, no es responsabilidad ni incumbencia del Movimiento Nacional y Popular resolver una crisis de representación opositora – tradúzcase, nosotros no tenemos porqué ocuparnos de ello-, y lo cierto es que la foto política de los diputados nacionales del pro; el FAP; la UCR; etcétera, sumándose a una protesta negando sus lugares de pertenencia, resulta patética.
La tercera reflexión que me merece lo ocurrido ayer tiene que ver con la repetición de consignas y ataques al Gobierno Nacional y Popular calcadas de lo que publicitan a diario los multimedios opositores.
He aquí un tema a atender que debe llevar a repensar la estrategia comunicacional oficial porque evidentemente la permeabilidad de ciertos sectores sociales a las barbaridades que publican; publicitan; y reproduce hasta el hartazgo las empresas mediáticas continúa siendo altísima.
La primera pudiera parecer obvia pero bien vale destacarla, fundamentalmente para evidenciar la falacia esa de “la dictadura de los K” que tanto se escuchó ayer, y es que una vez más, como ocurre desde 2003 a la fecha, se ha desarrollado una protesta con total libertad de expresión y sin ningún tipo de intervención represiva por parte del Estado Nacional, algo que hasta la asunción de Néstor Kirchner como presidente no ocurría ni por asomo.
La segunda, ligada al contenido de las declamaciones y los reclamos, consiste en pensar quienes son los destinatarios, y en este caso, es claro que una protesta planteada como opositora al Gobierno Nacional y Popular desde su origen, tiene como principal destinatario de sus reclamos a una oposición que no los representa.
Aquí cabe hacer un paréntesis, porque aún cuando la protesta allá sido opositora, resulta conveniente que el espacio oficialista pueda analizar si alguna de las múltiples cosas que se escucharon ayer es atendible desde el Proyecto Nacional.
Dicho esto, cabe señalar que una movilización como la de ayer, en la cual la gran mayoría de los asistentes no participantes de los espacios de oposición se definen como opositores, y a la cual esos espacios convocan y asisten con la necesidad de mostrarse como referentes, da cuenta de la crisis de representación y el vacío existente en la oposición formal.
Desde luego, no es responsabilidad ni incumbencia del Movimiento Nacional y Popular resolver una crisis de representación opositora – tradúzcase, nosotros no tenemos porqué ocuparnos de ello-, y lo cierto es que la foto política de los diputados nacionales del pro; el FAP; la UCR; etcétera, sumándose a una protesta negando sus lugares de pertenencia, resulta patética.
La tercera reflexión que me merece lo ocurrido ayer tiene que ver con la repetición de consignas y ataques al Gobierno Nacional y Popular calcadas de lo que publicitan a diario los multimedios opositores.
He aquí un tema a atender que debe llevar a repensar la estrategia comunicacional oficial porque evidentemente la permeabilidad de ciertos sectores sociales a las barbaridades que publican; publicitan; y reproduce hasta el hartazgo las empresas mediáticas continúa siendo altísima.
El claro ejemplo es una de las consignas que más se escucho:
“No a la reforma judicial”, justificado con todas las mentiras opositoras instaladas
con base en la vieja táctica de engendrar miedo en la sociedad, que demuestra falencias
para llegar a esos sectores con lo que significa en cuanto a su contenido
expresado en los seis proyectos, la democratización del Poder Judicial.
Aún cuando la protesta haya sido visiblemente opositora, es preciso redoblar
los esfuerzos para comunicar las políticas de gobierno de manera más efectiva.
2 comentarios:
Correcto enfoque de otra demostración opositora.
Que unos cuantos miles de contras, desconformes ó desapercibidos que pudieron nutrirse o no de las usinas hegemónicas, salga a cacerolear, no es algo que deba alarmar ó incomodar. Al menos cuando se vive en un estado de democracia y libertad. Por supuesto, no justifico ningún acto de violencia al pedo. Pero debería enorgullecernos que nadie haya sido gaseado, perseguido, espantado ó encanado, portara el cartel que portase.
No estoy de acuerdo, en cambio, con Cynthia de 6,7,8 metiéndose en medio de varios manifestantes y exponiéndose a la bronca indisimulable de otros. Ese no era un ámbito de discusión democrática sino una demostración de disconformidad, justificada o no.
Queda de parte de NUESTRO GOBIERNO, redoblar el esfuerzo e IR POR MÁS. Y de parte de los deshilachados retazos opositores, decidirse a servir para algo útil. Como bien comentás, su presencia no hizo más que desnudar su absoluta inoperancia y falta de presencia EN EL CAMPO POLITICO.
En las próximas P.A.S.O. de agosto y luego en octubre, se verá qué tanto corren los pingos.
Saludos
Yo voté a Cristina en 2011 por primera vez, porque me había gustado bastante el rumbo en general del 2003-2011 y me parecía una mujer con mucha capacidad para hacer los cambios estructurales que faltaban, conservando el crecimiento económico.
Sin embargo me encuentro un poco desilusionado. Por ejemplo, no se avanzó con transparentar el INDEC, por lo tanto no podemos saber cuántas personas verdaderamente bajo la línea de pobreza hay, y qué políticas sociales van a mejorar sus situación. Solo la AUH no alcanza. Si bien fortalecer el peso es importante, el control cambiario no es una forma de generar confianza a largo plazo y trae complicaciones innecesarias. Las paritarias arrancan cada vez más retrasadas. Las reservas bajan paulatinamente, cuando venían subiendo y generando colchones ante potenciales shocks externos. Se empieza a ver una forma de ejercer el poder donde el Ejecutivo busca evitar negociar y solo da órdenes y mandar leyes casi a libro cerrado.
La Presidenta está en todo su derecho de presentar sus propuestas según se le de la gana. Pero este rumbo, en general del 2012 para acá, no me produce confianza como para votar nuevamente al FPV...Tampoco sé en este momento qué alternativa puede ser mejor.
Mauro1983
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