viernes, 9 de noviembre de 2012

8N: Confirmado, no somos Venezuela.



Pasó la protesta opositora denominada 8N que reunió alrededor de 250.000 personas entre la CABA y otras ciudades del país.
Dejando de lado el número, una vez más vino a confirmarse una motivación opositora con expresiones y reclamos tan diversos como difusos, algo que bien grafica la concepción individualista neoliberal desde donde se parte al momento de protestar.
La heterogeneidad de los mismos, sin embargo, no se encuentra en los asistentes a la protesta, a saber: Sectores de clase media; media- alta; y alta.
Exceptuando agravios y descalificaciones propias del odio irracional no sólo al gobierno sino también a los sectores populares y yendo a las consignas puntuales, resulta difícil encontrar algún reclamo o parte de él que pueda ser canalizado por nuestro Proyecto Nacional y Popular.
Es lógico en cierta forma, dadas las visiones de la realidad que estos sectores tienen, y lo que pretenden que nuestro país sea o lo que el Estado les debe garantizar.
Uno podría tomar como reclamos plausibles de canalizar la denominada inflación o la inseguridad – dicho sea de paso no se escucharon propuestas sobre estos-, y en efecto, este gobierno ha venido trabajando desde el 2003 a la fecha sobre estas cuestiones aún cuando pudiera no compartirse la visión que se tiene de ellas.
El punto es que estos sectores, entienden de una forma totalmente distinta, tanto las problemáticas como lo que un Estado debe hacer para atenderlas.
El ejemplo claro sobre ello es la pretensión de un Estado que garantice la seguridad en términos de protección de la propiedad privada, pero que simultáneamente, sostenga las desigualdades socioeconómicas estructurales; algo irracional e imposible.
Por otro lado, y ahora si incluyendo agravios y descalificaciones, nos encontramos con un discurso que atravesó a la enorme mayoría de los asistentes.
El discurso de los multimedios y medios dominantes, casi calcado, con las mismas frases que pronuncian sus periodistas y se colocan a sistemáticamente en los zócalos televisivos.
Ese discurso de la antipolítica, con sus variantes según el tema en cuestión, se escucho por repetición hasta el hartazgo, casi como si se hubiera planificado.
Ante ello, resulta indudable la vigencia de la batalla comunicacional y la urgencia por poner en pleno funcionamiento una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que garantiza una pluralidad de voces que excedan largamente a los clichés reiterados a diario.
Sin dudas, esta es una de las conclusiones centrales que se pueden extraer de lo ocurrido ayer, a la cual debe sumársele la confirmación del carácter opositor de la protesta, dado hasta desde la expresión más sincera sobre su voto opositor en las últimas elecciones.
Otra conclusión que se puede extraer es que no hubo un sólo reclamo ligado a necesidades básicas, es decir nadie reclamaba por falta de comida; trabajo; salud; educación; o vivienda, algo esperable dados los sectores que protestaban, pero que nos confirma que la caracterización sobre ellos ha sido acertada.
Ahora, seguramente la última conclusión es la que más da cuenta del momento de crisis representativa que vive la oposición, causa determinante para esta clase de protestas.
Es que a las claras, la imposibilidad de viabilizar en una propuesta política opositora sus reclamos, es lo que hizo que estos sectores salgan a cacerolear.
La imposibilidad de encontrar una referencia sumado a la heterogeneidad de los reclamos, acaba por desembocar en momentos de expresión opositora individualista aún cuando la convocatoria sea de gran número.
Desde ya, no es algo que nosotros debamos atender, pues sería ilógico que encima tengamos que organizarles la oposición minoritaria a sectores que pretenden otro modelo de país.
Lo que sí, queda claro que lejos estamos de ser Venezuela, como aquellos afiches convocando al 8N bien decían.
Acá no tenemos una bolsa de gatos opositora capaz de llevar un candidato que represente a los sectores minoritarios de la sociedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parte del 55 % que apoyó el modelo nacional y popular también tiene quejas, reclamos y propuestas tendientes a lo que la Presidenta denominó profundización ó sintonía fina. Pero esas observaciones no implican "pasar al bando variopinto de la oposición".
En buena hora la multitud se expresó ayer en PLENA LIBERTAD, aunque su espontaneidad sea discutible. En mala hora muchos de esos argentinos NO ENTIENDE que sus reclamos - coherentes ó absurdos - deberían canalizarse a través de la POLITICA. Esa curiosa característica pone en tela de juicio su concepción de los significados de DEMOCRACIA, REPRESENTACIÓN e INSTITUCIONALIDAD y RESPETO POR LA LEY.
Hasta cierto punto, las invitaciones provenientes del poder corporativo, golpistas, desheredados, resentidos y algunos cándidos distraidos obraron a la manera del radiador expuesto de un veloz camión al que se le adhirieron bichos de toda laya, incluso algunos que viven comiéndose a otros.

Faltan 27 días para el 7D, a pesar del "clamor" de "lagente".

Saludos
Tilo, 71 años

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