El aislamiento de Argentina a nivel internacional es de tal
magnitud, que ayer mismo, fue elegida junto con otros dos países “súper”
aislados, Brasil y Venezuela, como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las
Naciones Unidas para el período 2013-2015.
El grupo de América Latina y el Caribe debía renovar sus
tres plazas de cara al nuevo periodo, y en ese marco, los tres países fueron
elegidos por amplias mayorías – Argentina obtuvo 176 de los 194 votos posibles-.
Cabe destacar que el Consejo de Derechos Humanos es el
principal órgano permanente en la materia a nivel mundial, y está compuesto por
47 miembros elegidos en forma directa y universal por los miembros de la Asamblea General
de las Naciones Unidas.
Argentina integrará este órgano por tercera vez desde su
creación en el año 2006, y en sus anteriores periodos presentó diversas políticas
como la adopción del Derecho a la
Verdad; la utilización de las ciencias forenses para la
investigación de violaciones a los derechos humanos; y la creación de la Relatoría Especial
para la promoción de la Verdad,
la Justicia,
la Reparación
y las Garantías de no Repetición.
Indudablemente, esta nueva elección es un reconocimiento a
esas políticas que reflejan la voluntad inquebrantable que nuestro país viene
teniendo desde el 2003 a
la fecha, para con los derechos humanos.
En este sentido, no es casual que Argentina sea puesta
sistemáticamente como ejemplo en todos los foros internacionales.
Tampoco lo es que tras la brillante tarea que viene realizándose
en materia de relaciones internacionales, nuestro país continúe siendo elegido para
ocupar lugares en los órganos más democráticos del concierto de las naciones.
Sin dudas, esto es motivo de orgullo.
No por los lugares en si, sino porque a ellos se llega como
consecuencia de una construcción política que parte de una visión inequívoca que
entiende nuestra pertenencia regional y el compromiso con la unidad
latinoamericana, y que apuesta a la cooperación Sur- Sur como herramienta para
el desarrollo y el crecimiento de los pueblos.
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