En la jornada de ayer, el Presidente de Colombia, Juan
Manuel Santos, logró la reelección en la segunda vuelta de la presidencial.
Con todas las mesas ya escrutadas, Santos obtuvo el 50,95%
de los votos contra el 45% del delfín del ex presidente Álvaro Uribe Vélez,
Óscar Iván Zuluaga, en una jornada en la cual la participación apenas llegó al
47,90%.
Para destacar, es que el Presidente reelecto, consiguió
establecer un marco de alianzas de cara a la segunda vuelta tras no haber sido
el candidato más votado en la primera, y también, pudo exponer los argumentos
necesarios para rebatir la avanzada contra el proceso de paz que se viene
desarrollando con las organizaciones armadas.
En una campaña donde el centro estuvo puesto justamente en
este último tema – La discusión planteada era proceso de paz o avanzada militar
coordinada y supervisada por Estados Unidos-, no resulta menor que el voto en
las urnas haya dado un fuerte espaldarazo a la política con la que el
presidente rompió con la fracasada visión de “guerra a la guerrilla”.
Dicho esto, el otro dato a rescatar es la pobrísima
participación en la segunda vuelta, que aunque superior al 40% de la primera,
no logró siquiera llegar a la mitad del electorado.
Es evidente que el 47,90%, expresa un notable divorcio entre
vastos sectores sociales y un sistema político que no los representa a tal
punto que ni siquiera se acercan a cumplir con el acto formal legal del
sufragio.
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