Como es de público y notorio, el sábado a las 07:25 horas, la
formación Chapa 05 procedente de Moreno que conducía el motorman Julio Benítez,
chocó en el andén número 2 de la Estación Once del FFCC Sarmiento.
Con un saldo de casi un centenar de heridos, la colisión contra
la propia estación, se produjo en una formación que había tenido una revisión
general en los talleres de Castelar el martes pasado, y había sido chequeada
antes de salir a servicio el mismo sábado de madrugada, según consta en las
actas labradas a tales fines que ya forman parte del expediente judicial.
También forma parte del expediente, el hallazgo de los
discos rígidos de las cámaras de seguridad del tren, ensangrentados y
dañados, en la mochila de Benítez.
Por otra parte, se conoce que este último no dio aviso
alguno de fallas en el sistema de frenado en todo el recorrido, así como nunca
dejo de responder al mecanismo “Hombre Vivo”, y que los datos arrojados por el
GPS de la formación indican que la misma ingreso al andén con el doble de la
velocidad promedio de ingreso.
Todos estos datos, objetivos y comprobados, reitero, constan
en la causa que lleva adelante el juez federal Ariel Lijo, quien esperemos,
esclarezca rápidamente lo ocurrido y las responsabilidades competentes.
Dicho esto, que es lo que consta como carga probatoria hasta
el momento, quiero recalcar que el choque fue, una vez más, utilizado por opinólogos
opositores varios que nunca pensaron siquiera el significado de la palabra
prudencia.
Tampoco han sido prudentes, como era de esperar, impresentables
gremialistas como Rubén Sobrero de la Unión Ferroviaria u Horacio
caminos de La Fraternidad,
quienes velozmente salieron a realizar una defensa corporativa a base de
mentiras y difamaciones.
¿Será que los elementos probatorios dan cuenta de algo que
ellos pretendieran ocultar?
En ambos casos, la realidad judicial aparece hoy, como estrictamente
opuesta a la catarata de mentiras, y bastante cercana a las causas de los
choques ocurridos anteriormente en Once y Castelar, donde esta probada la incidencia, por acción u omisión, de los maquinistas.
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